🍀Oɴᴇ-Sʜᴏᴛs🍀 [Jᴏᴊᴏ's Bɪᴢᴀʀʀᴇ Aᴅᴠᴇɴᴛᴜʀᴇ x Rᴇᴀᴅᴇʀ]

Gɪᴏʀɴᴏ Gɪᴏᴠᴀɴɴᴀ.

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Advertencia: Ninguna.
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Nota:
Vento Aureo me lo leí hace un chingo de tiempo, así que no recuerdo mucho.
Si hay algún error no me culpen, culpen a mi pereza por leer el manga
ó por vaga para, por lo menos, ver el anime ó un resumen.
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Como todos los días, una joven castaña iba a atender su floristería. Estaba ubicada en el centro de la ciudad y era bastante popular, contaba con mucha fama y todos recomendaban aquél negocio. La dueña, una chica de ojos amarillos, cabello largo, rizado y castaño y una sonrisa que endulzaba el día de cualquiera. Hacía honor a su apodo "Bella" era una chica preciosa, agradable y carismática, de aquellas que jamás dañarían ni siquiera a una mosca. Pero detrás de aquella sonrisa, ocultaba un pasado terrible, del cual nadie sabía, solamente ella la conocía y jamás se la contó a nadie.
Con solo doce años se había emancipado de su padre y se había hecho cargo de su hermana más pequeña, Donatta, y vivía de las ganancias que dejaba su negocio, las cuales eran muy buenas y les permitían vivir sin la ayuda del gobierno ni de nadie. Ahora, con veintidós años era una mujer exitosa y muy popular en la ciudad.
Fue aquella dulzura la cuál llamó la atención de cierto rubio, el líder de la mafia, Giorno Giovanna. Inconscientemente, sentía la necesidad de tenerla para él, no comprendía que tenía de especial esa chica. Pero la quería para él. Conocía la verdadera naturaleza de Bella, no siempre era una chica dulce y cariñosa, ocultaba un lado oscuro y sádico

(...)

Ya era hora de cerrar, así que Bella junto a su hermana se dispusieron a guardar todas las plantas en el invernadero que había en la parte trasera del local. Donatta, contaba ya con quince años y era muy apegada a su hermana mayor y viceversa. Ambas se ayudaran mutuamente y rara vez se separaban.

-Hermana, ¿Ya están todas? -preguntó la joven castaña.

-Sí. -le sonrió. -¿Te parece si vamos por un helado? -miró a su hermana.

-¡Genial! ¡Hace mucho que no como uno! -empezó a saltar de alegría.

Después de acomodar todo y cerrar la floristería, ambas chicas salieron del lugar y comenzaron a caminar por las calles de Napoles. No era muy tarde, el sol seguía presente, adornando el cielo de un color naranja. Llegaron a la heladería y ahí disfrutaron de su postre helado mientras hablaban. Luego una una hora, decidieron volver a su casa, en el camino hablaban de cualquier cosa, la más joven le contaba a su hermana cosas de la escuela, de como le iba y que le gustaba un chico.

-Entonces.. ¿Es guapo? -preguntaría con un tono pícaro.

-¡Es hermoso! -Donatta soltó un suspiro enamorada. -Es pelirrojo y tiene unos ojos hermosos, son verdes como las hojas del Bonzai que tenemos en casa.