[ᴍᴀʟᴇ ʀᴇᴀᴅᴇʀ]Kᴜᴊᴏ Jᴏᴛᴀʀᴏ. -Final-

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Advertencia: Ninguna.
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Los años pasaron, mi vida en España se volvió una rutina; Despertarme temprano, ayudar a mi hija a prepararse para la escuela, llevarla y luego ir al trabajo.
Me casé con una hermosa mujer, de ojos verdes y cabellos castaños. Es preciosa y con ella tuve una hermosa y perfecta hija, la llamamos Valeria. Es mi razón de vivir. Tiene ojos verdes como su madre y cabello celeste como el mío. Es preciosa y mi mayor tesoro.
Vivir en Barcelona es bastante normal, al final caí en el cliché de la vida, aunque... No es tan malo.

Cuando me fui a España, decidí alejarme de todo lo que tenga que ver con los Stand. No quiero poner e riesgo a mi familia.
Aunque ellas no pueden verlos, saben de la existencia de aquellos espíritus. Incluso apodaron mío como "conejito" ya que aveces cuando juego con Valeria uso mi Stand para hacer como si saltase muy alto, como si fuese un conejo.

Hace unos días recibí una llamada de Jotaro, sí, después de muchos años, volvimos a hablar.
Él me dijo que estaba en Italia investigando sobre un hijo de DIO. Ese maldito de seguro engendró quien sabe cuantos hijos por ahí.
Me pidió que fuera a Napoles para ayudarlo. Al principio me negué, pero tenía que ayudarlo. Quien sabe si ese tal Haruno Shiobana no es igual de hijo de puta que su padre.

(...)

Estaba en mi habitación, preparando mi maleta para irme del país por un tiempo. Mi esposa me ayudaba a acomodar todo en orden. Ella es muy distinta a mi, prefiere ser más ordenada y tener todo perfectamente acomodado. Mientras que yo, bueno, prefiero arrojar todo a cualquier lado.

-¿Seguro que estarás bien? -me preguntó ella, con una notable preocupación. -Si ese tal DIO fue el causante de la pérdida de tu mano, ¿No crees que su hijo sea peor?

-No te preocupes, solo veremos si es tan peligroso como cree Jotaro. -me acerqué a ella y la tomé de las mejillas. -No dejaré que nada me pase, ¿Sí? -ella asintió no muy convencida. -Te prometo que volveré en una pieza. -le di un beso en sus labios.

-¡Papá! ¡Papá! -la aguda voz de Valeria se escuchó por debajo mío. -¿De verdad te vas a ir? -me agaché y la cargué, dejándola en medio de los dos. -No quiero que papá nos deje solas. -hizo un puchero.

-Papá debe investigar sobre alguien que tiene un ser parecido a conejito, pero este puede ser malo. -la miré directo a sus bellos ojos esmeralda. -Y no quiero que haga cosas malas, ¿Me comprendes? -ella asintió. -Cuando vuelva, iremos al parque de diversiones, ¿Te parece? -ella asintió repetidas veces.

-¡Yay! ¡Yo subiré al barco pirata! -cerró un ojito y comenzó a imitar a un pirata.

La bajé y ella salió corriendo mientras reía y jugaba. Yo me quedé con mi esposa hablando un poco y terminando de acomodar mi equipaje.

-Den... ¿Te puedo decir algo? -su cálida voz sonó como música en mis oídos.

-Claro. ¿Qué pasa? -me enderecé y la miré.

-Es que... B-bueno... -se puso a tartamudear.

-Oye, Anthonia, no tengas miedo. -la agarré de sus suaves y pequeñas manos. -Sabes que me puedes decir ó pedir cualquier cosa, jamás me enojaría ó molestaría contigo. -le sonreí cálidamente.

🍀Oɴᴇ-Sʜᴏᴛs🍀 [Jᴏᴊᴏ's Bɪᴢᴀʀʀᴇ Aᴅᴠᴇɴᴛᴜʀᴇ x Rᴇᴀᴅᴇʀ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora