Objetivo 7: ¿En serio vestiré eso?

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— ¡Qué poder tan abrumador! — Exclamó Sero. — ¿Están seguros de que ni Midoriya ni Sawada son profesionales? —

La potencia con la que lanzó el objeto fue demasiada, tanto que incluso impresionó a gente externa de su clase, preguntándose al instante que había sido eso pues no solo generó viento y levantó la arena del campo, sino que había producido un sonido tan poderoso como irritante. La gente se mantenía escéptica ante lo que acababa de presenciar, pero la realidad es que, con solo lanzar aquella bola había roto la barrera del sonido. 

— (*¡Nunca había lanzado algo!*) — Pensó Tsuna, luego volteó a ver a sus compañeros y profesor. — ¿Fue... demasiado? —

— Desde hoy te llamaré Korosensei. — Comentó Kirishima. —

Luego de que se disipó el humo por completo, todos fueron capaces de apreciar mejor al castaño, quien había regresado a su forma normal, sin la Llama de la Última voluntad presente en la frente, solamente confundido por lo que acababa de hacer, ya que no acostumbraba lanzar cosas y menos a una gran escala. 

Aizawa sintió una grave ardor en la palma de su mano, bajó su vista y pudo notar que su marcador se había incendiado, y posteriormente explotó. Cosa que sorprendió más a sus estudiantes, ya que hasta ahora no habían visto algo igual, Tsuna había logrado algo increíble, aunque Uraraka cumplió el infinito, él había literalmente roto una ley física del universo. Desconcertados, comenzaron a acercarse al joven Vongola, que solamente se sentó en el suelo, llegando a sentirse cansado de tal hazaña. 

— Ni siquiera yo... he logrado esa velocidad... — Mencionó Sena. — Rayos... es un tipo increíble, este Sawada. —

— ¡Tsu-kun, lo hiciste! — Gritó Uraraka. — ¡Incluso rompiste el medidor! —

— ¡¿Eh?! ¡l-l-...-lo siento, profesor! — Exclamó Tsuna esperando un regaño por parte del encargado. — ¡N-N...no me supe controlar, lo admito, por favor no me mate! —

— Realmente me sorprendiste... chico extraño. — Comentó Aizawa. — En todos los años que tengo de haber impartido clases en esta escuela... nadie... ha logrado algo de tal magnitud. Ni siquiera cuando era estudiante pude ver algo así. —

— ¡Tsuna es genial! — Gritó Deku desde la lejanía, al lado de Iida. — ¡¿Viste eso?! ¡rompió la barrera del sonido! ¡woaahhh! —

— Eso es imposible... — Respondió el chico de lentes. —

— ¡Sawada lo hizo posible! — Exclamó Kirishima. — Es que... ¡incluso ese sonido tan aterrador fue causado por aquella potencia con la que lanzó la pelota! ¡qué poder tan grande esconde ese chico! —

— Tch, solo fue suerte. — Dijo Bakugo. —

Las horas pasaron, y luego de algunos otros pequeños exámenes, llegó el momento en que se decidiría quién sería expulsado de la clase apenas entrando el primer día. Como Deku no había logrado nada más debido al dolor de dedo, no tuvo más remedio que aceptar el hecho de que pronto sería avergonzado frente a todos, obligándole a irse lejos y no volver nunca más a la academia hasta que pudiese controlar su quirk. 

— Ah, por cierto, lo de la expulsión era una broma. — Dijo el profesor despreocupadamente. — Pueden seguir estudiando aquí si lo desean. — Pueden seguir asistiendo a la preparatoria si así lo desean. Me da igual, para ser honestos. —

— ¡¿Q-QUÉ?! — Gritaron algunos. — ¡Debe ser una broma! —

— Era obvio que se trataba de un juego. — Comentó una chica de voluptuosa figura. — Ningún profesor haría algo así, y menos tratándose del primer día. —

Katekyo Hitman Reborn! Generación de HéroesWhere stories live. Discover now