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- ¿Hay alguien?

- no, no hay nadie - respondió susurrando después de verificar que no había nadie en lo absoluto asomando su cabeza por la puerta

- aún no han llegado entonces - susurró alguien más, siendo la primera en entrar

El gimnasio era un lugar oscuro y silencioso, además de que no había nadie a esa hora lo hacía más práctico para ellos. Los cuatro chicos entraron llegando a las grandes bancas por si en algún momento alguien los descubre puedan esconderse fácilmente.

- ¿Que haces Peter? - Carrie se acercó al chico que se encontraba sentado como indio con su típica libreta en su regazo y un lápiz en la mano.

- lo mismo de siempre pero seguirle el ritmo a esto es como armar un cubo de Rubik - el chico anotaba detalles de lo que había conseguido las últimas semanas

Dibujos, palabras, símbolos y más garabatos plasmó en esa determinada hoja en blanco y ahora con lo ocurrido en la tarde con el extraño libro brillante, su mente y mano se coordinaron para recabar toda esa información.

Leonela y Óliver estaban sentados en una esquina, un poco lejos de los otros dos.
En el camino hacia el gimnasio podía sentir como había mucha tensión entre Óliver y Peter, nadie decía nada al respecto y eso era muy incómodo, tanto para ella como para los mencionados.

Leonela se levantó y tomó a Óliver de la mano caminando hacia donde se encontraba Peter

- miren, sé que se agarraron a golpes en el comedor pero afronten sus diferencias como dos chicos maduros - la chica habló con seguridad

Peter y Óliver se dieron una mirada para luego mirar a Leonela, ella se sintió algo intimidada por tener la mirada de los dos chicos puesta en ella, al parecer no fue buena idea abrir la boca.
Óliver sonrió para si mismo, mientras que Peter seguía con su semblante usual.

- lo siento, no pretendía decir o hacer nada de eso - Peter se levantó para extenderle una mano a Óliver

- lo mismo digo - Óliver le estrecho la mano, dando por hecho la disculpa entre los dos y enmendando el error

- muy bien, ahora estoy más tranquila - Leonela esbozó una sonrisa

- ya estamos aquí 

Una voz masculina llamó la atención de los cuatro chicos. Carl y Luke habían llegado acercándose a ellos.

- que placer que hayan aceptado - Leonela sonrió al verlos y saber que recibirá más ayuda

- ¿Aceptar que? - Carl preguntó confundido

- ¿No les dijiste? - Leonela volteó a ver a la rubia que se rascaba la nuca nerviosa

- no sabía cómo decirles, que tal y no aceptaban - Carrie sonrió tímida

De repente escucharon un ruido

Todos miraron a su alrededor alarmados, buscando una solución rápida, Carrie rápidamente se quitó un zapato y lo alzó al lugar donde provenía el ruido

- ¿Que haces loca? - Luke la miró raro 

una figura comenzaba asomarse, no pudieron reconocerla por la oscuridad del gimnasio pero poco a poco esa sombra se acercó a la luz de la luna que entraba por las ventanas.

- ¿Anne? - Peter fue el primero en reconocerla - ¿Que haces aquí? - todos voltearon a verla

- Leonela me dijo que la viera aquí - La chica respondió

- perdón por no decirles pero necesitaba a mi amiga en esto - la mencionada dijo algo apenada

- ¿Leonela, que está pasando? - Anne estaba confundida

»⟨LOS PROTEGIDOS⟩« zodiacal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora