Su plácido sueño fue interrumpido por un fuerte llanto, y como todas las mañana se levantó a toda prisa. Scorpius se revolvía en su cuna con histeria en busca de atención y por supuesto comida.—Shhh, tranquilo bebé aquí estoy —dijo de manera conciliadora mientras lo tomaba en brazos.
El pequeño rubio la observó con un puchero.
— Desde que tus dientes comenzaron a emerger estas de un humor terrible.
Se sentó sobre una mecedora y comenzó a darle pecho. Siempre le había encantado compartir ese momento íntimo y especial con él, pero de un tiempo para acá el pequeño succionaba con más fuerza lo que ahora hacía el momento más bien doloroso.
Al terminar ella se fue a cambiar mientras Scorpius jugaba con su león de peluche sobre su cama. Mientras se vestía podía escuchar los balbuceos del pequeño y no podía sentirse más emocionada. Según lo que le había dicho la señora Weasley, Ginny había dicho su primera palabra pocos meses antes de su cumpleaños número dos. Y Scorpius estaba a tres meses exactos de cumplir dos años.
Por un tiempo eso le había asustado, pues el pequeño no parecía querer ni siquiera intentar hablar en lo más mínimo, la sanadora fue quien la calmó y le explicó que no todos los niños se desarrollaban de igual manera. Habían unos que tardaban en hablar, caminar y en el caso de los niños magos se daban aquellos casos en que mientras unos tardaban varios años en desarrollar su magia, otros lo hacían a muy temprana edad.
En el caso de Scorpius sólo habían balbuceos, pero jamás una palabra en concreto. Y era bastante torpe a la hora de intentar caminar.
Lo tomó en brazos para cambiarlo de ropa.
—¿Ya dirás mamá? —preguntó acostándolo sobre el cambiador.
Él la observó y siguió balbuceando.
—Maaa... Má —le guió Hermione sonriendo.
—Waaaaaaa —respondió el pequeño con un grito que le causó gracia.
—Ya seguiremos practicando, hoy tenemos visitas. Viene alguien muy muy fastidioso que viene a arruinar nuestra paz, ¿te vas a portar muy mal hoy?. Siiii, eres un niño malo yo lo sé —habló juguetona mientras lo peinaba y Scorpius reía como si entendiera todo.
Al terminar extendió una alfombra con magia llena de juguetes en su mayoría mágicos, regalos de sus tíos y de los Weasley. Todos se encontraban de viaje en el triángulo de las bermudas y Harry estaba en Transilvania con Sirius en búsqueda de una supuesta reliquia familia, se trataba de una especie de viaje de aventura. Y ella no podía sentirse más feliz por ambos.
Colocó a Scorpius en la alfombra e invocó su patronus. Al percatarse de que todo estaba en orden fue hacia la cocina para hacer algo de desayuno. Con magia hizo unas tortillas con panqueques fruta y jugo, ya que no solía comer mucho por las mañanas.
Regresó a la habitación en busca de Scorpius que se encontraba acostado boca arriba riendo a causa del patronus que volaba sobre él haciendo piruetas.
—Vamos cariño —dijo mientras lo tomaba en brazos para ir al comedor seguidor por el patronus.
Lo sentó sobre su sillita y en la pequeña mesita colocó un platito con frutas picadas. Scorpius al verlas se mostró emocionado, pues amaba las frutas... Comenzó a meterlas en su boca para chuparlas y de vez en cuando hacía caras que provocaban la risa de su madre.
Al terminar lo llevó de nuevo a la alfombra para ordenar un poco el desastre que había con ayuda de magia. Y justo en el momento en que terminó, el timbre sonó.
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Leona
FanfictionPor causa de su soberbia, Draco Malfoy firma un contrato sin medir las consecuencias que ello le traerá, y más adelante entenderá que habría firmado lo que sería su propio castigo.