𝐅𝐈𝐕𝐄

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La mañana transcurría con normalidad para Jisung y los demás. No habían hecho más que andar de vagos durante un largo rato, jugando al uno y apostando para ver quién lavaría los platos del desayuno. La partida dio su final cuando quien perdió de los dos últimos contrincantes fue el pequeño Jisung, lamentablemente le tocaba a él hacer lo que más odiaba. Se adentró en la cocina y comenzó a lavar cada cosa y guardarla en su lugar, hasta que Jaemin llegó. Jaemin no podía dejar que Jisung lo hiciera solo, por más que hubiera ganado limpiamente como los demás, se sentía mal al dejarlo hacer las cosas al menor sin ayuda.

— ¿Quieres ayuda? — Dijo, sonriendo tiernamente.

— Sí por favor, odio lavar los platos. — Suspiró y Jaemin se colocó a su lado para lavar mientras él secaba las cosas. — Hyung... Mañana intentaré hablar con Chenle.

Jaemin agachó su cabeza, quedándose estático mientras el agua corría por sus manos, podría decirse que era una escena de película y la decepción lo comía por dentro. Pero no podía mostrar eso delante del menor, no podía hacerle daño y menos arruinar una amistad tan bonita.

— Que bueno por ti Jisunggie, al fin dejarás de ser un cobarde. — Rió, siguiendo con su labor. — Espero que todo salga bien y que no te acobardes.

— No lo haré, no debo hacerlo esta vez o sino perderé mi oportunidad por siempre. — Dijo, mostrando su mejor sonrisa.

Mientras ambos conversaban acerca del tema, Jeno observaba con detenimiento las expresiones de Jaemin desde la puerta que llevaba a la sala. El peli-negro sabía bien que Jaemin no podía demostrar sus sentimientos hacia Jisung por miedo a perderlo y eso lo frustraba. Sí, quería que el peli-rosa lo amara a él, pero prefería la felicidad del menor a la suya. Yukhei y Renjun lo observaron, sabían que Jeno no estaba en su mejor momento ahora que había decidido admitir lo que sentía por Jaemin, pero les asustaba de lo que podía ser capaz para ver al menor sonreir. El peli-negro se sentó entre ellos, agachando su cabeza y haciendo un tierno puchero.

— Ni se te ocurra entrometerte Lee Jeno. Si Jaemin no quiere decirle, es porque sabe las consecuencias de sus actos. — Dijo Renjun, señalándolo con su pequeño dedo.

— Yo digo que deberías confesarle a Jaemin lo que sientes, quizá así podrías hacer que cambie de opinión. Yo lo logré con Renjun. — Animó Yukhei, dándole algunas palmaditas en la espalda.

— Imposible, Jaemin es como un libro con candado para mí. Todo lo habla con Jisung o Haechan, no podría hacerlo cambiar de opinión ni aunque lo intentara con todas mis fuerzas. — Suspiró, pues no era tan unido a Jaemin como quería, quizá por eso el peli-rosa sólo lo llegó a ver como un amigo más.

— La esperanza es lo último que se hierve. — Dijo Yukhei, alzando su dedo indice y sonriendo con sus ojos cerrados. Se sentía un filósofo, hasta que Renjun abrió su boquita.

— Es "lo último que se pierde", no hierve, bobo. — Bufó el menor, inflando sus mejillas. — Pero Jeno, Lucas tiene razón, deberías intentarlo.

Jeno sólo hizo silencio, pensándo en si haría lo correcto si le decía a Jaemin lo que sentía por él. Iba a perder la cabeza, estaba cansado de verlo sufrir pero si abría su boca sufriría él al ser rechazado brutalmente. Donghyuck bufaba viendo la pantalla de su teléfono, Sanha y Dongmin sólo reían por la situación. El moreno había decidido enviarle un mensaje a Mark para amenazarlo, estaba cansado de que el peli-negro se metiera con sus amigos y era hora de resolverlo. Dongmin sabía perfectamente que el menor aún sentía algo por Mark, pero no decía nada o saldría golpeado y era lo que menos quería. Pero Sanha no se iba a quedar callado, prefería hablar a ver cómo Donghyuck sufría ocultando sus verdaderos sentimientos.

𝐒𝐔𝐍𝐅𝐋𝐎𝐖𝐄𝐑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora