𝐓𝐖𝐄𝐋𝐕𝐄

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El castaño observó por última vez la canción en su hoja a rayas. La tarde junto a Chenle había pasado rápido y le habría gustado detener el tiempo, pero no podía. Chenle lo ayudó a acabar con la letra, o al menos su simple presencia lo había ayudado a llegar a un resultado que realmente amó. Tomó su teléfono, Chenle lo ayudó, aunque no sabía qué era realmente lo que Jisung garabateaba en una libreta marrón que sacó de su mochila. Entró al chat con el mayor y le envió un mensaje, si iba a ser molestado por Hyunjin, debía apresurar su plan para ser quien le dijera la verdad al peli-blanco y no que se enterara por otros.

Chenle❤

Hola niño raro.

Hola admirador no
admirador.

Tengo algo que debo
decirte...

¿Me dirás tu
identidad secreta?

Nop.

Vengo a darte mi
última pista, la
cual consiste en
una sola palabra.

Sunflower.

Que pista más
rara :v

Ya verás por qué te
lo digo, tendrá más
sentido luego.

Ve mañana a la cancha
de basketball y sabrás
a qué me refiero.

Está bien, ahí
estaré en el primer
receso.

Bien.

Jisung tenía un nuevo plan, sólo rogaba por que Hyunjin no abriera su boca antes. Sanha iba de camino a casa de Dongmin, luego de una alentadora charla con Renjun y Yukhei, decidió que era hora de confesar sus sentimientos, sin embargo estaba más preocupado por Jisung que por sí mismo. Golpeó la puerta de la casa del mayor, estaba nervioso, asustado, frustrado, ancioso, con ganas de salir corriendo como en aquel juego que jugaba de niño y por el cual su madre recibía muchas quejas por parte de sus amargados vecinos. Sin embargo, se quedó ahí parado, esperando con su mejor sonrisa a que el peli-negro le diera la oportunidad de hablar. Y es que estaban enojados el uno con el otro, debido a que sus celos lo llevaron a actuar de la peor manera cuando el mayor le presentó a Juyeon esa misma tarde.

Dongmin bajó de su cuarto, había estado horas llorando por lo sucedido y es que no quería estar peleado con el menor, sin embargo era muy orgulloso como para ir y comenzar una conversación que arreglara los malentendidos que pudieran haber surgido. Bajó las escaleras con lentitud y abrió la puerta, quedando realmente sorprendido y a la vez avergonzado por estar en pijama frente al lindo rubio que tenía de amigo.

— Hola hyung. — Saludó, algo avergonzado, el menor. — Quería pedirte disculpas por la forma en la que me comporté hace unas horas atrás... Para ser honesto... Estaba celoso.

— ¿Celoso? — Fue lo único que los finos labios de Dongmin pudieron pronunciar, estaba realmente fuera de sí.

— Me gustas, hyung, y no sabía cómo decirtelo hasta ahora y la verdad fui un idiota... Lo siento mucho. ¿Podrías perdonarme y darme una oportunidad? — Dijo el menor, con sus mejillas totalmente rojas.

— Jaemin y Jeno saldrán hoy, me preguntaron si quería hacer doble cita pero no tenía con quién ir... Hasta ahora. — Sonrió.

— Eso... ¿Es un sí? — Preguntó algo dudoso, las indirectas no eran precisamente lo suyo.

— Sí, bobito. Anda, pasa y nos vamos juntos.

Jisung estaba contento por su amigo, sin embargo ahora no tenía con quién hablar ya que todos estaban en lo suyo y hablar con Renjun y Yukhei a la vez, no era una buena opción. Tomó su libreta, la música ya estaba también gracias a que Mark lo ayudó bastante con ello por whatsapp, sin embargo su valor no estaba ahí. Al día siguiente se confesaría, eso estaba decidido, pero temía que Chenle no lo aceptara por el hecho de que Mark aún le gustaba, o eso pensaba. Chenle estaba dispuesto a olvidar a Mark, supo por el peli-negro que él y Donghyuck habían decidido intentar de nuevo llevar una relación, por lo que estaba dispuesto a rendirse.

En ese momento estaba sentado junto a Hyungwon, teniendo otra clase de coreano atrasada por haber pasado la tarde con Jisung. En ese momento pensaba en el castaño, le gustaba su forma de ser, su timidez, su ternura al hablar y que siempre se ponía rojo al estar cerca suyo. En ese momento, un mensaje llegó a su teléfono, era de Hyunjin y la verdad no tenía idea de cómo había conseguido su número, si casi nunca cruzaban palabras. Al leerlo sus ojos se abrieron como platos, no tenía idea de qué decir o qué hacer ante tal situación. Aquellas palabras escritas se repetían una y otra vez en su cabeza, "Jisung es tu admirador secreto, a Park le gustas".

Su corazón se aceleró, sintió un escalofrío recorrer su espalda y cómo sus manos sudaban. La clase tuvo que terminar antes de lo esperado. Le gustaba a Jisung. ¿Desde cuándo? ¿Cómo es que no se dió cuenta? Fue demasiado obvio y aún así no lo notó. Las pistas, las reacciones del menor al verlo, realmente había sido un bobo. Sin embargo no sabía si podría corresponder sus sentimientos, debía pensarlo aquel día porque al siguiente Jisung se confesaría y no quería dañarlo. Una idea pasó por su cabeza, por lo cual tomó su teléfono.

Admirador ¿?

Oye, admirador no
admirador.

¿Qué sucede?

¿Por qué te gusto?

La verdadera pregunta
es, ¿por qué no me
gustarías?

Eres tierno, agradable,
simpático, muy guapo,
increible, divertido,
inteligente y podría pasar
horas contemplando
tu bella sonrisa y aún
así no me cansaría de
hacerlo. Porque sé
que estoy enamorado de
ti, aunque yo solo sea plutón
y tú seas marte, o incluso
el mismísimo sol.

Wow... Realmente ya
quiero verte mañana.

Y lo harás, o eso espero,
si es que no me acobardo.

No lo hagas, quiero
que me digas a la
cara que me amas.
Quiero verte.

No, Mark jamás sería como Jisung, porque Mark no sentía por él ni el más mínimo cariño. Quizá lo mejor sería olvidarlo tal y como lo estaba intentando, porque Hyungwon tenía razón y Jisung también, cuando estuviera enamorado lo sabría y si esa persona lo correspondía, no debía dudar en entregar su corazón.

"¿Será el momento de entregarlo?"

Continuará...

Ya se acerca el fina~l.

𝐒𝐔𝐍𝐅𝐋𝐎𝐖𝐄𝐑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora