Los días desde la confesión de sus sentimientos parecían un sueño lleno de felicidad y dicha, pero conforme pasaban Lena comenzaba a temer que todo terminase y que en realidad todo fuese un sueño ¿Qué haría si eso pasaba? Se esforzaba por pensar en positivo pero era difícil cuando muy pocas cosas buenas sucedían en la vida, aun así pese a sus temores su cumpleaños 18 había llegado y se había ido con una gran celebración doble por la beca que todos ya daban por hecho, Lena aún temía el no poder conseguirlo pero todos estaban tan positivos al respecto que los nervios dentro suyo crecían aún más a la espera de la respuesta que llegaría en unas semanas más, cuando más creía que sus miedos eran infundados se dio cuenta que las clases terminarían pronto y con beca o sin ella probablemente tendría que separarse de Blaz, ambos lo sabían pero aun así seguían con su rutina diaria de trabajo y quizá un poco mas de amor hasta que el día menos esperado el destino alcanzó a Lena.
— ¿Lena Park?—preguntó un hombre de traje formal mientras ella reponía las bebidas de las neveras de la tienda, acababa de iniciar su turno asique extrañada se giró y vio al hombre de pies a cabeza sin reconocerlo.
—Soy yo—respondió desconfiada.
—Vengo en representación del señor Park Tae-Jung, necesito que me acompañe—ella pese al estremecimiento que le causó oír ese nombre frunció el ceño y no por aquel nombre que conocía bien, más bien por aquella orden.
— ¿Perdón?—preguntó elevando una ceja.
—Sé que sabe quién es él, solo le tomará unos minutos, su padre la espera afuera—el corazón de Lena se aceleró de inmediato.
—No tengo padre, ahora si me disculpa estoy trabajando—ella termino de poner las botellas y tomó su lugar tras la caja registradora.
—señorita solo será un momento.
—Si su jefe quiere, puede entrar, es una tienda pública pero yo no voy a perder mi tiempo en alguien que no tiene ninguna relación conmigo—el hombre la miró un momento pensando qué hacer—si no va a comprar nada le sugiero que se vaya.
Aquel hombre suspiró y salió de la tienda pero varios minutos después entró acompañado de un hombre enorme y bastante subido de peso que era de tez clara y vagos rasgos asiáticos, aquello y su ropa lujosa le dieron a Lena la pista de quien era ese tipo al que miró luciendo tan altiva como se podía con su ropa vieja y su largo cabello sujeto en un moño desarmandose, no se había lavado el cabello en dos días y ese día no se había maquillado pero aun así no se dejó intimidar por aquel tipo que la miro de pies a cabeza con desdén.
—Debes ganar mucho en este basural como para ni siquiera tener unos simples minutos para conocer a tu padre—Habló Tae Jung con esa voz ronca y profunda que le erizo la piel, su acento y la mala pronunciación de su idioma no lo hacían menos intimidante para ella pero se forzó a no claudicar en su fachada dura.
—Incluso un dólar es más importante que conocer al padre que jamás me busco durante mis 18 años de vida—Tae Jung aguanto una sonrisa, ella era preciosa y pese a sus condiciones se mostraba orgullosa y altiva, era regia incluso con su ropa desgastada y aunque nunca sería como Dong-Yul aquella niña definitivamente tenía potencial.
— ¿Qué tal cien millones de dólares? —Lena intento seguir con el rostro impasible pero la furia gano.
—si no van a comprar nada...
—Lena sé que estás molesta y lo entiendo pero he venido a llevarte a casa.
—mi casa es un lugar al que puedo llegar sola porque lo pago con mi trabajo, no quiero ser grosera pero ni todo el dinero del mundo me interesa si viene de ti y te aseguro que si dinero es todo lo que puedes ofrecer será mejor que busques a la mujer que me parió porque es ella quien quería tu dinero yo no.
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CHICAS MALAS
Short StoryMuchas tienen curiosidad sobre la vida de nuestras chicas malas, aquí are una serie de historias cortas para conocer mejor a las cuatro chicas malas de nuestras novelas activas, después are lo mismo con las dos historias que faltan.