CHICAS MALAS

KANG EUN (parte 3)

Eun escuchaba el bolígrafo de su terapeuta moverse sobre su libreta mientras  escribía rápidamente, bastante tranquila espero a que ella haga la pregunta que estaba segura haría.

— ¿Te sientes lista?—preguntó la doctora Kyle.

—estoy tan lista como se puede estarlo.

—Después de un intento de violación que terminó en un homicidio es natural que tu miedo a los hombres se haya agravado pero no es algo que hayas superado o vayas a superar si no tomas el tratamiento adecuado ¿entonces que tanto puede ser eso?

—lo suficiente para regresar a casa con mi hermano, te aseguro que estaré bien.

— ¿no prefieres permanecer un tiempo más en el país? Aún no hemos probado varias terapias que podrían ayudarte.

—extraño el Kimchi de mama y extraño mi casa, no es lo mismo ir de visita que vivir con ellos, añoro los desayunos con mi familia.

— ¿Eso incluye a Dae-hyun?—Eun sonrió ligeramente, le había contado sobre su hermano y habían probado la hipnosis para descubrir qué era lo que había pasado con él exactamente, pero había sido un fracaso pues Eun terminó aún más dañada y aunque se había dicho que eso no iba a lastimarla, los recuerdos inocentes de una niña de  cinco  años terminaron siendo la caja de pandora para Eun.

—si te digo que no lo considero mi familia dirás que no estoy lista para volver y si te digo que incluye a Dae estaré mintiendo, pero ambas sabemos que con permiso o sin él voy a regresar a casa.

—me alegra ver que al menos adquieres más carácter cuando se trata de hacer cosas que deseas. ¿Has pensado sobre Dara? —Eun suspiro.

—Las cosas funcionan diferente en mi país...

—hemos hablado al respecto y llegamos a un punto en el que sabemos que  no se trata sobre el género, se trata sobre la persona ¿Qué harás si ella te busca? 

—Nada... —musito Eun porque prefería no plantearse la posibilidad de nada.

—ya le mande una recomendación a tu madre sobre un colega que puede ayudarte allá—Eun sonrió dulcemente y estrechó la mano de su terapeuta y luego de agradecerle su ayuda camino a la salida, finalmente regresaría a Corea después de tres años lejos, su hermano había embarazado a su novia asique los preparativos de la boda corrían a tope y ella no quería estar sola asique decidió que era hora de regresar a casa, como espero toda su familia los recibió con regocijo aunque apenas hace un par de meses habían estado allí para el cumpleaños de su padre, de todas formas fue difícil para Eun volver a la rutina que dejó antes de irse, Dae-Hyun la evitaba tanto como ella a él y aunque toda la familia se daba cuenta simplemente preferían mirar a otro lado.

Después de la boda de Wonhoo, él y su esposa se fueron a China donde tenían un centro que su padre designó a su cuidado como había hecho con sus hermanos; sin los correteos de la fiesta todo se puso más calmado en casa, Eun ahora era la única hija  viviendo en Seúl  por lo que toda la atención y cariño de sus padres paso exclusivamente a ella, lo que no era malo pues básicamente era como recuperar los años que pasó lejos así que estaba bastante contenta. cuando el nuevo semestre inició Eun regreso a la universidad nuevamente, habían hecho un traspaso por lo que a sugerencia de sus padres solo debía decir que había regresado de un intercambio como ellos habían estado diciendo sobre su abrupta partida hace años.

En su primer día estando nuevamente en la universidad que por un largo tiempo fue su calvario Eun no pudo evitar ir a su refugio personal por pura ansiedad a que el pasado se repita, incluso adelantándose a lo que pudiese suceder llevó su chelo para no terminar llorando como en esas épocas. El estanque poco había cambiado asique sin pensarlo se sentó en la misma piedra de antes y saco su instrumento, no llevaba ropa adecuada y apenas lo notaba pero aquel lugar que antes era solitario hoy le parecía incluso más desértico que antes, confiada de que estaria sola se subio un poco la falda y acomodo su instrumento entre sus piernas, mirando a los hermosos peces nadar brillando ante el sol comenzó a tocar la primera suite de Batch que solía envolver su corazón en un sentimiento cálido.