CHICAS MALAS

LENA (parte 4)

Con el corazón roto Lena llegó a Inglaterra, pero el alma se le cayó a los pies cuando vio a Tae Jung junto a una comitiva de hombres esperándola en la salida de vuelos internacionales.

—Me agrada que hayas entrado a Cambridge por tus medios pero si así lo deseas Oxford y Harvard ahora están en tus opciones—Lena se puso roja de la rabia ¿Cómo se había enterado? Furiosa ni siquiera contestó y lo pasó de lado hasta que le bloquearon el camino y le quitaron su maleta.

—Vamos a dejar claras las cosas —dijo armándose de valor y dándose la vuelta para ver a aquel tipo a los ojos—te odio, me repugna tu presencia, obtuve esta beca por mi propio trabajo y lo mantendré de ese modo, soy mayor de edad y tengo permiso para trabajar y mantenerme sola como he estado haciendo, no se si no te das cuenta pero estuve 18 años sin tu ayuda y quiero mantenerlo de ese modo ¿entendiste? Desaparece de mi maldita vida...—ella estaba por girarse e irse pero se regreso —Y te advierto que aunque no lo hice antes, si tú y tu gente sigue acechándome voy a montar una jodida denuncia —Lena le quitó su maleta al guardia y luego de darle una última mirada furiosa a su padre caminó lejos de él.

Tae Jung esperaba aquella reacción de su hermosa hija y de hecho le encantaba, quizá Lena tenía mucho más de su carácter que el mismo Dong-Yul pero eso debía ponerlo a prueba del único modo que se media la dureza de una buena pieza de cerámica "sometiéndola a todo tipo de pruebas extremas"

***

Lena mirando de rato en rato hacia atrás para ver si no era seguida tomó un tren, había decidido entrar a la facultad de negocios porque no se creía capaz de ser una buena doctora y mucho menos buena abogada como quería Blaz. Había conseguido un dormitorio cerca del campus, no era grande ni exactamente bonito pero era acogedor y eso bastaba; después de instalarse en su pequeño dormitorio y pese a que estaba cansada salió a buscar un trabajo, por suerte luego de un par de días buscando termino cogiendo una vacante en un café y básicamente desde el mismo inicio de clases trabajó duramente para pagar todas sus necesidades que no eran pocas gracias a la universidad.

Pese a que era ilegal trabajar más de 20 horas por las condiciones de su visa Lena  tomaba tantos turnos extras como podía para reunir nuevamente esos diez mil y enviarlos de regreso a Blaz lo antes posible y aunque su orgullo crecía más con cada día que lograba estar por su cuenta, lo mismo sucedía con la miseria y el enorme vacío en su pecho, mil veces cada noche revivía sus días con Blaz y mil veces volvía a verlo con aquellas mujeres, mil veces lo veía llorar en el aeropuerto y mil veces deseaba salir corriendo de regreso, su mente la estaba enloqueciendo y su corazón la estaba asesinando y para empeorarlo muy pronto su vida universitaria se había convertido en una dura realidad y no una fantasía de película como muchas veces imagino por las películas, las pocas horas de sueño por estudiar y las extenuantes jornadas laborales estaban acabando con ella y ni siquiera había llegado a la mitad del primer año...

—Hey Lena—llamo Raúl Calvin un compañero de aula cuando la vio dormitando.

—Hey Raúl—respondió ella intentando despertar lo suficiente para hablarle.

—Luces fatal ¿no has dormido otra vez?—ella negó apoyando su cabeza contra la mesa.

—Tenía turno doble y después tengo un examen—murmuró.

—Dijiste lo mismo ayer—dijo el joven negando preocupado— ¿Cómo vas a darlo si estas por morir?

—No lo sé—lloriqueo, entonces dudando y luego de mirar para todo lado Raúl se acercó a ella y le susurró al oído.

—Esto te mantiene despierto y te ayuda a concentrarte, mi compañero de habitacion me lo enseñó hace un mes y ha sido una salvación—él le tomó la mano y le puso un sobrecito pequeño de forma disimulada, Lena en cuanto lo vio en su mano supo lo que era aquello, Blaz le había hablado hasta el cansancio de que eso no tardaría en aparecer en su vida universitaria pero que ella debía mantenerse alejada a como de lugar, aun así él no estaba allí y ella se sentía desesperada.