daylight ©

*·˚ ༘ ➳ uno

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                capítulo uno
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❝my love was as cruel as the
cities I lived in... everyone looked
worse in the light❞

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Euforia corre por mis venas mientras golpeo los tambores de la batería con ímpetu.

Muevo mi cabeza en tanto marco el ritmo de la canción. Una fina capa de sudor cubre mi frente causando que algunos mechones de mi cabello se peguen a la misma, pero eso no me detiene.

Mi ritmo cardíaco incrementa cada segundo hasta que se siente como si mi corazón fuera a explotar.

Pero yo sigo dejándome llevar por esta grandiosa melodía.

Nadie más que yo y mi instrumento existimos en la Arena. Ni mis compañeros, ni mis fans.

Ah, el poder de la música. Es un gran escape, tal como leer y... escribir.

La canción termina y levanto la vista al público con la respiración agitada. Mi pecho subiendo y bajando rápidamente mientras miro a mi alrededor con atención por primera vez desde que el concierto comenzó.

El Madison Square Garden es enorme, y aunque me sigo diciendo a mí mismo una y otra vez que esta mierda está pasando, ver a tanta gente acumulada en este lugar porque quieren vernos a nosotros se siente tan irreal...

"¡Asterias! ¡Asterias! ¡Asterias!" exclama el público al unísono. Me fijo en la fila del frente, donde un grupo de jóvenes chicas saltan con sus reveladores escotes. No contengo el impulso de rodar los ojos.

Piensan que por mostrar piel nosotros nos vamos a interesar en ellas cuando lo único que hacen es el ridículo. Deberían intentar ser ellas mismas de una vez por todas, para variar. De esa manera se convertirán en algo más importante que un rollo de una noche.

Una chica de cabello violeta me guiña un ojo y la ignoro completamente mientras continúo barriendo la mirada por el público.

Sip, definitivamente está lleno de mujeres aquí. Sigo preguntándome cómo es que pasó eso.

Siento un cosquilleo en la nuca y giro la cabeza rápidamente ante la sensación de estar siendo observado. Cosa que es ridícula puesto a que miles de personas están aquí hoy para verme.

A mi izquierda hay un puñado de gente pero sólo una de esas personas me llama la atención. En el momento exacto en que nuestros ojos se encuentran mi piel se pone de gallina y tengo la certeza de que la sensación de estar siendo observado venía de él.

Un chico castaño, se ve bastante alto y con un brillo extraño en los ojos que me pone de los nervios.

No me atrevo a apartar la mirada de la suya y no tengo idea de por qué. Algo en sus ojos me cautiva.

Me sonríe y algo le sucede a mi corazón. Quiero dejar de mirarlo pero no puedo.

La manera en la que me mira... es distinta de la del resto. Me ve como si yo realmente fuera una persona, no una celebridad.

Bueno, ya estoy diciendo idioteces.

Aparto la vista del chico y me agacho para tomar mi botella de agua. La destapo e inclino mi cabeza hacia atrás tomando largos tragos.

Las luces se apagan marcando el final del show y la oscuridad me relaja. Se siente como en casa.

Me alivia pensar que todo ha terminado. Por más que me guste hacer música, no me agrada todo lo que conlleva. Es demasiada gente mirándome, juzgándome, pendiente de cada uno de mis movimientos. Es demasiado para mí... no se acerca en nada a lo que pensé que sería.