•17•

56 11 1
                                    

- Hyung, ¿puedo pedirte algo?
- Sí claro, lo que quieras.
Yoongi recogía el desorden que habían creado en el cuarto del más pequeño al pasar la mañana entre abrazos y risas, colocaba los peluches sobre la cama de manera distraída mientras Jimin simplemente lo observaba, de nuevo algo cohibido, jugando con sus pulseras.
- ¿Vendrías conmigo a ver una película?
- ¿Qué película?
- Hay una nueva en el cine, es de terror.
- Sé cual dices pero no, no me gustan las películas de terror, ve con Jisung.
- Hyung, yo quiero ir contigo.
- He dicho que no Jimin, no voy a cambiar de opinión.
El menor se llenó de confianza y se levantó de la cama, quedando frente al pelinegro que lo miraba curioso. Se abrazó a su torso y acarició el cuello del mayor con la punta de su nariz, con su rostro escondido en el mismo suspiró antes de hablar.
- Porfa hyung, ven conmigo. Somos amigos ¿verdad? Los amigos van a ver películas juntos.
- Agh, eres un lastre, niño.
Yoongi acarició con suavidad el cabello del menor tratando de fingir que aquellas suaves caricias, que aquellas palabras pronunciadas sobre su cuello no había provocado ningún efecto sobre él o su cuerpo.
- Yah, no soy un niño.
Jimin miró al mayor con la mejor cara de cachorrito abandonado que sabía hacer, con sus ojitos brillantes y sus abultados labios formando un puchero.
Yoongi observó esos labios y sonrió, no era capaz de creer la manera en que sus pensamientos divagaban ante la imagen que se presentaba frente a sus ojos, Jimin lucía jodidamente irresistible.
- Está bien iré, pero solo si dejas de poner esa cara de estúpido.
Por favor nunca dejes de poner esa cara de estúpido, éstas hermoso.
- Yah, eres un incordio, hyung.
Me encanta estar contigo, hyung.
Yoongi abrazó con mucha fuerza el menudo cuerpo de Jimin debido a un impulso que fue incapaz de resistir sintiéndose a gusto teniendo al menor entre sus brazos.
- Esta noche paso a recogerte, pequeño.
El susurro sobre su oído dejó las piernas del más pequeño prácticamente temblando.
Y, sin más, Yoongi se fue sin comprender muy bien de qué se trataba aquello que había sucedido desde que entró en aquella casa a primera hora de la mañana, pero teniendo completamente claro que no le desagradaba en nada la presencia del más pequeño.

--------------------------------------------------

Llegó a su casa tan perdido en sus pensamientos que ni siquiera notó la presencia de dos chicos a los que no conocía en su casa, y no sólo en su casa, más bien tragándose el uno al otro en su sofá.
Fue cuando andaba de camino a su cuarto que reparó en la presencia de los mismos y se paró en medio del comedor carraspeando de manera suave tratando de llamar la atención de los chicos, que parecían completamente ajenos ante el hecho de encontrarse en una casa que no era la suya.
- Puedo... ¿Puedo saber quien coño sois?
- Oh, Hmm... Yo me llamo San, y él es Wooyoung.
- Vale, estupendo. Me llamo Min Yoongi. Ahora me gustaría saber qué hacéis en mi casa.
- Somos amigos de Hobi y... Él se fue.
- Claro, así que tomaste la decisión de hacer de mi casa un cuarto rojo o algo así ¿verdad?
- Lo sentimos... Nos iremos enseguida, avisa a Hoseok de que...
- Sí, sí, lo haré pero ahora necesito descansar así que... Por favor.
Ambos chicos cogieron sus pertenencias y se marcharon completamente avergonzados.
Yoongi comprobó la hora en su reloj de muñeca, apenas eran las 6 de la tarde, decidió que comería algo, tomaría una ducha y saldría a recoger al pequeño rubio a su casa.

Las horas pasaron y Hoseok llegó cuando Yoongi casi terminaba de vestirse, llevaba una americana negra  sobre una de sus camisetas básicas blancas y unos vaqueros apretados que lo hacían verse impecable ante los ojos de cualquiera. Se miraba al espejo tratando de encontrar algún error en su look, había algo que no se veía bien y no sabía exactamente qué era. Tampoco sabía por qué le importaba tanto ir perfecto a la quedada con el chico, no era como si fuese la primera vez que se veían fuera de las sesiones de terapia.
Hoseok se mantenía en silencio observando con una mueca divertida el comportamiento del más mayor. No era la primera vez que veía a su amigo obsesionado con su vestimenta, pero sí era cierto que la última vez fue hace tantos años que no podía evitar sonreír enternecido ante la posibilidad de que su mejor amigo por fin decidiese levantar cabeza y olvidar su pasado. Aunque no podía negar el hecho de que le parecía demasiado graciosa aquella escena.
- ¿Con quién sales, Romeo?
- Joder, que susto, hijo de puta.
Hoseok rió, se sentó en la cama abrazando un cojín negro a juego con la colcha.
- Te he hecho una pregunta, Yoongi, no me ignores.
- Con Jimin
Los labios de Hoseok se abrieron con una notable sorpresa, no esperaba aquella respuesta.
- Con que Jimin... ¿Te estás arreglando para él?
- ¿Qué? Claro que no, no inventes Hope.
- Te conozco como a la palma de mi mano Yoongs, sabes que no puedes mentirme.
- Solo... Quiero causar una buena impresión.
- Una buena impresión, ¿a quién?
- A... A Jimin.

~¡No Estoy Loco, Hyung!~ ·Yoonmin·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora