13. El fin justifica los medios

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Porque todo lo malo que podía ocurrir en esa tarde de otoño, terminó por ocurrir, con la naturaleza y la espontaneidad con la que se daban las cosas entre dos jóvenes que estaban destinados a involucrarse, o con la que las guerras en el mundo se desataban, o con la que el universo se expandía sin fin. Nadie podría asegurar si solo fueron espectadores de lo inexorable de aquel desenlace establecido, o si fueron los agentes precursores que llevaron las cosas a ese punto sin retorno.

El partido por el tercer puesto apenas tuvo atención del público. Fue más bien recibido como un intervalo para la final. Nazz, May y Eddy fueron a las duchas. Este último vio a Billy en la puerta del vestidor, vigilando como un soldado inglés, impasible e implacable en su labor. Lee y Marie, por su parte, se encontraban cruzadas de brazos en la zona de participantes, sin nada más que hacer.

—¿Tú dónde estabas? —interrogó Lee. A un lado de ella, Marie se sacudió por la sorpresa.

—¿Qué? Fui a bañarme.

—Me refiero a cuando jugué contra Rolf. No recuerdo haberte visto.

Marie rodó los ojos.

—Ay, lo que me faltaba. ¿Ahora jugarás a ser Mamá?

—Solo te hice una pregunta. No es por presumir, pero te recuerdo que desafortunadamente, como hermana mayor es mi deber controlar hasta cuando van al baño.

—Qué considerada —replicó Marie con sorna.

—Tampoco es por presumir, pero ya sé que fuiste a espiar a Freddy.

El pequeño sobresalto de Marie confirmó lo innegable.

—¿Qu...? ¿De dónde sacas eso? ¿Y por qué iría a espiar a ese idiota?

—Tú dime. Eres la interrogada. Pero no te preocupes, nadie sabrá nada.

—Imbécil.

Marie se giró a otro lado para demostrar su fastidio. Lee meneó la cabeza. Realmente lamentaba tener dos bebés por hermanas.

—¿Dónde estuviste durante mi juego?

—No te importa.

—¿Exactamente qué quieres saber de Freddy?

—No te importa.

—¿Tiene que ver con Doble D?

—No te importa.

—Tengo algo para extorsionar a Freddy.

—No t... ¿Qué?

—Sabes de qué hablo —le dijo ella, guiñando un ojo—. Pero si no te interesa...

Lee se estaba por ir, pero Marie la detuvo.

—Oye. Espera... De acuerdo, no quiero que le digas de esto a nadie.

Marie reconoció con algo de impotencia la odiable mueca de victoria que se formó en el rostro de Lee.

—No hay problema... ¿Y May?

—Solo a ella. A nadie más.

—Bien. Hablaremos después del torneo.

Su hermana mayor le palmeó la cabeza. Marie solo se limitó a mirarla con ira.

Kevin ganó 6 a 3 y se quedó con la medalla de bronce, la cual le sería entregada al final del torneo, junto con la coronación.

El encargado del sonido ambientó el intervalo con música del gusto de las generaciones de hoy. Ese género latino que era amado por muchos y odiado por muchos. O eso fue lo que oyó Eddy desde afuera, sin escucharlo realmente. Había algo que lo había estado perturbando desde hace unos minutos, más exactamente desde que Freddy le sugirió usar el láser para cegar a Lee. Hasta ahora no había tocado a las chicas. Todo lo que hizo fue darles ayuda a sus amigos, potenciando su resistencia para equilibrar las cosas. Atacar de lleno a Lee sería cruzar la línea, y sin ninguna duda Doble D lo impediría a como diera lugar. Pero él no tenía que saberlo, ¿o sí?

Los juegos de Peach Creek [Ed, Edd & Eddy][+16]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora