Capítulo 1

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Los bombos y trompetas sonaban por todas partes, de a momentos intentaba colarse entre ellos el leve sonido de un piano acompañado de violines, pero nada de eso importaba realmente, lo único que importaba eran los novios que acababan de casarse. Allí, en la puerta de la iglesia, estaba Anna de la mano de Kristoff intentando cubrirse un poco con su esmoquin para no morir entre todo el arroz que arrogaban. Nadie de los que estaban a su alrededor sospecharía que detrás de la gran sonrisa y felicidad que tenía Anna había muchos llantos y una enorme decisión a tomar, porque ¿quién pudiera dudar de esas carcajadas que soltaba y esos besos que le daba a Kristoff? Después de sus votos tan conmovedores, en serio, ¿había alguien que pueda dudar de su amor?

—Felicidades— Elsa fue la primera en acercarse a felicitarlos por su matrimonio, haciendo que a Anna se le cristalicen los ojos y no pueda evitar echarse a sus brazos y sollozar un poco, claro que los actos tan repentinos generaban una sonrisa en la reina, especialmente los suyos. Había tanta calidez en sus cuerpos que cuando se separaban lo único que pensaban era en la próxima vez que volverían a tener contacto, porque fueron tantos los años que permanecieron alejadas que por más terapias que trataron ninguna superó aquel miedo de volverse a perder, y Elsa no quería admitir que tenía miedo de perderla una vez que esté casada y prenda vuelo a formar su vida lejos de ella.

—Muchas gracias, Elsa— dijo Kristoff, interrumpiendo el juego de miradas que ambas estaban teniendo, totalmente conmovido por tan linda escena que estaba presenciando e intentando aguantar las lágrimas. Elsa, por su parte, apretó el brazo de Anna con delicadeza en forma de saludo y desvió sus ojos al hombre junto a ellas para sonreírle. Dio un paso al costado, como también había decidido hacer en su relación, y dejó el camino libre para los recién casados.

No despegó sus ojos de Anna ni un segundo. Observaba con determinación su caminar y no dejaba de preguntarse por qué aquella mujer la inquietaba tanto, claro que no pudo responder a su pregunta en tan poco tiempo y temía no poder hacerlo nunca porque tal vez le aterre saber la respuesta. Por más que le cueste era momento de entender que eran adultas y cada una tenía que construir su vida. Fue entonces cuando en medio de todo su trance Anna se volteó y miró directo a sus ojos, sabiendo que encontraría contacto visual con esos azules cielo que tanto le calmaban, desesperada por encontrar aquello que tanto le calmaba los latidos acelerados de su corazón. Encontró más de lo que buscaba, llevándose una gran sorpresa al ver rubor en sus mejillas y tristeza en sus ojos, entonces su latido disminuyó, pero no por sentir paz sino más bien por sentir vacío. Se vio alejándose casi por compromiso de lo que tanto amaba y eso la estaba matando por dentro, ¿por qué tenía que hacerlo?

Elsa cortó el juego de miradas al voltearse y caminar hasta el carruaje que la llevaría nuevamente al palacio, ya que allí se celebraría el casamiento. Habían hablado de eso, de que a ella le parecía bien que se celebrara en ese lugar, Kristoff decía que quería seguir manteniendo cerca lo que era de familia, pero claro ninguna iba a admitir que en fondo les inquietaba que se celebre allí. Anna sentía que estaba invadiendo el único lugar en donde Elsa se sentía cómoda y libre.

—Alteza, ¿se encuentra usted bien? —quien conducía llamó su atención, haciendo que Elsa se sienta un poco mal de no estar prestando atención a sus palabras, pero cuando reaccionó y vio la sonrisa del hombre se dio cuenta de que en realidad no estaba haciendo nada malo—le decía que le mande mis bendiciones a la princesa.

—Serán dadas, Robert—notó un pequeño rubor en las mejillas del joven generándole una sonrisa en sus labios.

A la reina no dejaba de divertirle la reacción de los pueblerinos al llamarlos por su nombre, sin duda todos pensaban que no conocía nada de ellos, pero se preguntaba qué pasaría si los habitantes de Arendelle se enteraban algo más de su vida "¿qué sucederá si se enteran que Anna no es mi hermana?". Suspiró, la situación se le iba de las manos, le inquietaba no saber cómo manejarla y menos ahora que Anna ya sabía la verdad. Se había enterado hace poco más de dos meses, ahora que veía a la distancia no parecía realmente que había pasado tan poco, pero eso era por todo lo que había pasado en ese lapso.

Secretos del pasado [Elsanna]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora