Las palabras que no quiero que olvides

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I

Cuando yo conocí a esa mujer
No tenía idea de sus encantos.

Nos aferramos al momento
Estábamos al borde de lo inimaginable

Contemplando el sol, se resbala la esencia de la calma
Avanza el camino, se estremece el alma
arde como miel
el suspiro indiscreto de tu sentimiento.
Suben y bajan
Lentamente los deseos

Recuerdo como amaneció el poder
El ver crecer en mi cuerpo la medida de tus olas
Bajo un hermoso amanecer y un castillo de sol,

Estrecho es el sentimiento de un profundo beso.

Tú que guardas la vaga esperanza de que resucite,
me verás en esta vida
Crees que aquí, mirándome a los ojos;
—¿Acaso vez luz de vida alguna? —

Es aun profundo, es mi vida
¿Vez el abismo? Dame tu mano, mira hacia abajo, es obscuro
Pero estás aquí, como siempre, la danza en dúo constate
Siento tu calor, te siento tan cerca
Que ahora queda lejos el vacío y vago ser.


Dame la fuerza que falta para llegar a ti
Para que tú me oigas mis palabras que se adelgazan a veces
En el teatro de las risas
Que cantan fuego a tus ojos
Porque se me urge un momento
Y miro lejanas mis palabras.

Cuanto sufro por no caer en la sombra
Como el rigor del gato en la terraza
Allí es cuando acaricias mi memoria
Y encomiendas a mi sorprendente alma
Un confortable y sincero amor.
El amor que tu carta de vida hacia donde emigraban mis más profundos anhelos.

Es tan verdadero que queda escrito en el presente;
La celda que lo aprisiona donde mis besos anclan
Es una conquista que radica tú belleza
Y mi ansia da límites a mis palabras
Y no puedo, aunque es mi sentimiento más creativo
Aprender a amar en libertad, mi esfuerzo y mi misterio
Envuelto en mi corazón
El aroma de tu rostro, y tu beso cálido a mis labios tensos
Y una galaxia más de deseos
Me dejan contigo, hoy en esta pradera del paraíso.

En la mañana llena de tempestad
Es tu imagen la calma de mi Reyno.
Los himnos de tu fragilidad
Es el mayor atuendo de misterio, el imán del éxtasis
Tú me devuelves el silencio que por tan herido y merecido tengo
como una lengua llena de guerras y de cantos.
Donde más que la calma aparece ante mí, espirales en el esmeralda cielo
Que no me dejan descansar de pensar; hace que vueles en mis sueños profundos
Donde me desvanezco en tu boca
Donde late el sol ante mí, por la gracia y la alegría que se extiende en tu rostro.
De una bella fuente de pájaros, los volcanes del corazón agradecen tu protegida mano,
tu figura, te veo entre el cuerpo denso que danza en las noches
Entre la vida y la muerte, atravesada surges en mi memoria, donde más que la calma,
Tu beso me llevo al paraíso.


II

Soy yo de nuevo
Bella mujer de blanco
Que por poco o nada
Eres mi mayor deseo, quien aquieta mi herida;
Oh chica anónima
Tan blanca y exquisita
Llena de bellezas, razones para ser mi sueño abrazador
Totales para mi placer Y destino.

Hoy están un poco celosas las estrellas,
Allá
En el lado inconsciente

Solo te veo poco, no más que tu risa leve
¡Hermosura transparente!
¡Pura y grata entre todas!
Te busco en el anhelo del ser feliz,
Como nunca se sueña

En el tiempo

Y en el ser
Que no dejara de pensar que,

Es una tarde de sueños y caricias
Eres el obsequio más grande
Para este, el corazón perdido.  

El canto épico de las leyendasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora