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Seguía pidiéndole a Temari que me dejara en las bollerías, no tenía ganas de sonreír frente a ningún cliente.

Levanté la bandeja de medias lunas pero mis brazos no respondieron y las bollerías quedaron en el suelo esparcidas. Comencé a recogerlas pero todo comenzó a dar vueltas y vueltas.

Abrí mis ojos lentamente sintiéndome un poco cansada.

-¡Despertó! – la voz de Naruto me hizo abrir mis ojos rápidamente asustada –

-¡Tranquila! ¡Tranquila! – Esta vez era Temari quien me hablaba – Te desmayaste Sakura-

Comencé a mirar a mí al redor hasta ver a Sasuke. Inmediatamente quise ponerme de pie para ir a hablar con él.

-Hey tranquila, tranquila- volvió a repetir Temari – vas a subir al comedor, comerás lo que te llevará Naruto y esperaras hasta sentirte mejor, tuviste una baja de azúcar –

Sasuke se acercó a mí sin decir una palabra y me sujeto del brazo para subir las escaleras hacia el comedor.

Me senté sin embargo él se quedó de pie.

-¿Algún riesgo de embarazo? – preguntó Sasuke –

Negué de inmediato.

-Tomo pastillas, soy responsable, no las he olvidado nunca –

Sasuke asintió y dejó de observarme.

-¿Podemos hablar? – intenté ponerme de pie pero comencé a tambalearme –

Sasuke inmediatamente corrió hacía mí y me sentó otra vez en la silla.

Naruto dejó en la mesa un chocolate caliente, un sándwich y un trozo de pastel.

-Los espero abajo – Bajó enseguida dejándonos a Sasuke y a mí solos otra vez –

-Come – ordenó –

Miré la comida y era demasiado, no creí poder comerla toda, pero iba a intentarlo.

-Estas unos 4 kilos más delgada, si es que no es mucho más – Sasuke me observaba como comía - ¿Por qué no has estado comiendo? –

Su tono de voz era duro, estaba matándome la frialdad con la que me está hablando.

-No tenía hambre – respondí levantando mis hombros - ¿Qué haces aquí? –

-Temari me llamó, creyó que estabas embarazada pero fue cosa de observarte para darse cuenta que lo que necesitabas era azúcar –

-Tendré más cuidado la próxima vez – dije mirando hacia abajo mientras comía –

Ni siquiera recordaba la última vez que comí. Mi mente estaba tan fuera sí que no recordé alimentarme. ¿y aún hay gente que dice que nadie puede morir de amor?

-Hmp bien, Naruto te llevará a casa – Sasuke comenzó a irse pero me puse de pie rápidamente –

-¿Podemos hablar? – insistí –

-No- respondió sin siquiera mirarme – No quiero oír otra mentira bien planeada –

Tomé su mano y la apreté suevamente.

-No voy a mentir, por favor Sasuke –

Sasuke quitó su mano bruscamente y me observo fijamente.

-No quiero escucharte, o verte, o lo que sea, si estás haciendo estas cosas para llamar mi atención detente ¿si? -

Sentí como mis esperanzas de que pudiera perdonarme se iban a la basura, Sasuke realmente me odia.

Mi teléfono comenzó a sonar. Es miércoles y quien llama es mi madre, esta sería otra cena de negocios y ya tuve suficientes.

Fingiendo ser plebeya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora