Prologo

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Se podría decir que estaba enamorado....

Al menos esas eran las palabras de Jorge Blanco al describir lo que sentía.

Desde aquella vez en que tuvo la suerte de conocerla, quedó prendado de la hermosa joven. Todo en ella le gustaba; sus castaños cabellos, la exquisita figura delineada por finas curvas, y esas bellas perlas marrones que llevaba por ojos.

~ ¡"Perfecta"!.

Era la palabra más cercana para describir a la mujer.

Así que se propuso conquistarla.

~ No será difícil.

Pensó.

Hasta ahora no hubo chica que se le hubiese resistido.... a él, sus palabras o su dinero.

En realidad, el muchacho tenia todo lo necesario para lograr que cualquier chica se fijara en él. Vamos!, siendo apuesto; de cabellos castaños que se mecen con el aire y su andar; músculos bien formados; poseedor de una sonrisa a veces tierna, a veces traviesa; hombre al que le sobraban las tácticas y las palabras para enamorar a una mujer y, claro, lo más importante.... adinerado.

Para su mala suerte, Martina Stoessel no era el tipo de chica a la que le impresionaran todas esas cosas, de hecho.... nada le importaba.

No, ella no era cualquier chica. Todos los regalos que le ofreció fueron rechazados al igual que las incontables y variadas flores. Las palabras no causaban efecto alguno en ella, por muy hermosas y románticas que fueran.

La joven, usando una voz fría e indiferente, siempre respondía lo mismo:

~ No estoy interesada en ti.

La primera vez que lo rechazó sorprendió al chico, sin duda, no obstante esto hizo que se interesara más en ella. Y entre más lo rechazaba, más le gustaba la mujer, al grado de obsesionarse por completo con ella.

Incluso llegó a ofrecerle cosas materiales a cambio de un simple "si": joyas, dinero, todo.... solo debía pedirlo y seria suyo, pero....

~ Ya te lo dije: no hay nada de ti, o en ti, que me interese.

Escucharla decir eso le hizo entender que si quería ganarse al menos su atención, entonces tendría que buscar otros medios.

Obligarla fue lo primero que se le ocurrió y, dadas las cosas, lo único que podría funcionar.

La vio alejarse sin decir nada más; Jorge Blanco tenia un semblante entre enfado y decepción.

~ De alguna forma has de estar a mi lado, Martina Stoessel.

Estaba decidido, ella lo aceptaría de alguna u otra forma.

Entonces, de la nada, recordó....

Stoessel.... esa familia era acaudalada, razón por la cual sus intentos por comprarla fueron un fracaso, pero.... después de todo, quizá el dinero si le sería útil para quedarse con esta joven indomable.

~ Y ya sé como he de lograrlo.

Continuará....

El precio de tu amor (Jortini) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora