CAPÍTULO 14

305 36 180
                                    

NARRADOR OMNISCIENTE:

Finalmente Christopher había llegado al lugar indicado, se encontraba frente al gran Quetzalcoatl, un dios único que hasta hace unos sías, el chico dudaba de su existencia 

Se postró frente a la estatua, se arrodillo y con lagrimas en los ojos le pidió perdón, expresó que lamentaba mucho todo lo sucedido, que estaba muy arrepentido de sus actos y que ya había aprendido la lección y que nunca mas repetiría tales acciones, le pedía de favor a la estatua que lo regresara a la normalidad, sin embargo no recibió contestación alguna de esta, ni una señal, ni un sonido, ni una luz, no había nada, la serpiente actuaba como lo que era, una simple estatua 

—Por favor escúcheme gran Quetzalcoatl, lamento todo lo que ha sucedido, si fui malo le pido que me perdone, no volveré a hacerlo, ya he sido castigado lo suficientemente, ya es tiempo de que regrese a como yo era antes físicamente, si no lo hago mis padres jamás volverán a quererme, nadie me reconocerá, nadie volverá a ser mi amigo, perderé todo lo que me importa —exclamó el ex castaño, de ahora cabello negro 

Pero como era de esperarse no hubo respuesta 

Cuando Quetzalcoatl castigó a Christopher le dijo que la única manera para regresar a como era antes era cambiar su mente y corazón, por lo tanto si Chris sigue en esa forma quiere decir que nada en el ha cambiado 

La serpiente emplumada es un dios, lo sabe todo y no puede ser engañada, el no quiere palabras, sino acciones, sabrá cuando el joven Velez en verdad cambie y su corazón se abra una vez mas, hasta entonces quedará atrapado en ese cuerpo 

Sin embargo el ojimiel (ya que fue lo único que conservó, sus ojos color miel pero de un tono mas vareado) no se dio por vencido, siguió insistiendo, rezando y rogando en voz alta hasta que llamó la atención de uno de los encargados del museo 

Una chica de unos 27 años de bonitos ojos y rasgos argentinos se acercó con cautela hacia el ecuatoriano 

—Disculpa muchacho, te voy a solicitar que te retires del lugar —dijo con voz dulce y amable 

El ya mencionado giró su vista enrojecida por las lagrimas y comenzó a sollozar 

—¿Es por mi piel morena verdad? ya entendí que no quieren a alguien que parezca latino en este lugar pero debo decirte que en el fondo mi piel es blanca señorita —respondió molesto 

—No es eso joven, aquí no discriminamos a nadie, sin embargo usted ha estado haciendo un poco de alboroto, hace poco encontramos en la estatua un golpe que provocó una abolladura y desde entonces hemos tenido mas cuidado con la exhibición —contestó con la misma amabilidad 

Tras escuchar lo último el ecuatoriano tragó saliva y se quedó un poco helado, el había sido el responsable de aquel golpe que creyó que nadie se enteraría 

Sin decir ni una sola palabra salió del museo con paso acelerado y cabeza baja por la vergüenza, sus mejillas se habían enrojecido mientras apretaba sus puños por la misma situación

Cuando llegó a las afueras del establecimiento el ojimiel se quedó parado, ¿a donde iría?, no tenía un lugar a donde ir, nadie lo reconocía, ni sus padres, ni sus amigos, ni nadie, estaba solo en esta ciudad y el mundo, o la menos eso pensaba 

Al caer la noche llegó a un pequeño parque donde se encontraban numerosas bancas, en una de ellas dormiría 

¿Quien imaginaría que el gran Christopher Velez heredero de una gran fortuna dormiría en la calle como un vagabundo? ni siquiera el podía creerlo, estaba acostumbrado a un mundo lleno de riquezas, lo tenía todo, bastaba tronar sus dedos para que sus sirvientes le atendieran, no tenía ninguna necesidad, ni usa sola carencia, y ahora lo necesita todo 

VIVIENDO EN OTRA PIEL - VIRGATODonde viven las historias. Descúbrelo ahora