Sombras Liberadas | CHRISERICK

Capitulo 3

Narra Erick.

Me encontraba sentado frente a frente con Christopher, aquella mañana llenas de fotografías fue bastante incómoda, una batalla de miradas entre él y yo era lo que más había en ese cuarto de cuatro paredes.

No sabía que decir o que pensar, no quería sufrir, no quería ser esos típicos adolecentes enamorados los cuales luego sufren y no paran de sufrir por simplemente ser el "juguete".

- Pareces nervioso?

- Es que me resultas intimidante

- Si – Dijo colocando un muffins frente mío – Come – Ordenó

- Además de autoritario – Dije en forma de respuesta ante aquel acto

- Siempre me salgo con la mía

- Mmm sí, puede ser aburrido – Me quedó viendo con una leve sonrisa en su rostro

- Hábleme de su familia

- Mmm mi familia, bueno mi verdadero padre falleció hace unos cuantos años por lo que fui criado por mi padrastro, le tengo cariño, mi madre ya va en el quinto esposo y mi hermana Yanelis, estudia lo mismo que yo

- Mmm interesante

- Creo que la sección de fotos salió bien, estoy muy contento – Dije cambiando de tema

- No puedo, lo siento

- Que? – Respondí confundido

- Te acompaño a la salida – Dijo levantándose de su silla

Fue inevitable no mirarlo, no entendía su actitud si bien a veces era atento habían actitudes bastante extrañas, que me ponía a dudar bastante.

Me levanté de mi asiento, siguiendo el paso de aquel desconocido sin saber dónde íbamos.

- Tienes novia no?

- No Erick yo no tengo novias

De pronto me tomo por la cintura quedando muy pegado a sus labios, no me había percatado de aquel auto el cual paso bastante cerca de mí.

- Gracias – Dije agitado sin dejar de ver sus labios

Christopher tomo mi rostro acariciándolo levemente de una manera bastante relajante, cerré mis ojos dejandome llevar por aquella sensación.

- No soy hombre para tí – Dijo, me quedé viéndolo sin decir nada – Deberías alejarte de mí, tengo que dejarte ir

Solo lo miraba, me sentía mal pero a la vez confundido todas sus actitudes conmigo me dejaban mal, a veces sentía que no nací para amar ni ser amado.

- Pues hasta pronto señor Vélez – Dije soltandome de su agarre

Camine totalmente lejos de él, debía ir a una de mis clases si bien ya todo estaba acabando aún debía asistir, ni yo mismo sé el por qué.

Al llegar al salón me senté en uno de los últimos asientos, totalmente alejado de las personas lo menos que quería era preguntas incómodas.

La clase avanzo y avanzo, sin poder tomar atención a alguna palabra que salía de la boca de mi profesor, realmente aquella cita con Vélez me había dejado mal.

- Dejen sus lápices, por favor entreguen sus exámenes al frente – Ordenó el profesor

Y fue en ese momento en el que me percate que estaba realizando algún examen, tal vez me haya ido mal o tal vez bien la verdad que no tenía conciencia de lo que había contestado.