Capítulo 3

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Dominic

Se ve tan apetecible, no puedo creer mi suerte. Mi cuerpo reacciona hacia semejante belleza. Es una mujer muy hermosa. Su cabello color azabache, sus labios gruesos y apetecibles.

Es de baja estatura, cuerpo de guitarra. Sin duda una mujer exquisita.

- ¿ Te equivocaste de puerta? - me dice mientras regreso a mi realidad.

- No- digo y logro ver cómo su rostro cambia al reconocerme. Mi cuerpo se excita al percibir su temor - estoy en el sitio correcto- le indico disfrutando la situación.

En instantes me acerco a su cuerpo, le tomo en mis brazos y sin mediar palabra decido seguir mi deseo y probar esos labios que me están haciendo perder la razón.

En un inicio no responde mi ataque, su cuerpo está alerta. La tomo de las caderas y la levanto, obligándola a rodearme con sus piernas. En lo que siente mi excitación, gime. Aprovecho para conquistar su boca con mi lengua. Esta vez responde sin dilación.

Mis manos arden en deseos de recorrer cada centímetro de su cuerpo. Nunca el solo ver a una mujer, me había generado tal explosión.

Sin saber dónde ir, mis pies caminan dentro de su casa. Caemos en lo que parece un sofá, al sentir el mueble, ella se detiene y me empuja lejos de ella. Sin darme tiempo a reaccionar me cruza la cara. Vaya que la niña tiene la mano pesada.

- Pero ¿ Quien coño te has creído para atacarme de esa forma? - me grita mientras paso mi mano por mis mejillas.

- ¿Disculpa?, no entiendo tu agresividad. Hasta hace un instante estabas siendo parte de la acción. No escuché en ningún momento tu negativa - me mira mientras sus mejillas se tiñen de rojo y comienza a mover su cabeza en negación.

- No me equivoqué contigo cuando hablamos por teléfono- dice mientras me va llevando a la puerta- eres un idiota, misógino.

- ahhh, ahora si sabes quién soy- le digo en tono de reproche, mientras me vuelvo acercar a ese cuerpo que deseo con desesperación.

Ella va retrocediendo, mientras se ve como una niña que ha sido descubierta en una travesura. Dicha visión solo me hace desearla más.

- ¡Detente!!! - grita desesperada. Mis pies responden a su súplica y no doy un paso más - vale, si reconocí tu voz. Sé que estás enojado, pero realmente creo que estás exagerando por algunas llamadas.

Su declaración me regresa al estado de ira inicial, al ver cómo minimiza sus travesuras nocturnas. Mira el cambio de mi expresión y nuevamente busca un sitio donde esconderse. Solo que esta vez no la dejaré.

- ¿ Algunas llamadas? - le indico mientras mi voz se eleva- No quieras jugar conmigo, Ania.

Al decir su nombre palidece, no esperaba que conociera su nombre.

- ¿ Cómo sabes mi nombre? - pregunta con voz temblorosa. Me acerco como un tigre a su presa. De inmediato un aroma floral me inunda. Haciéndome desear tenerla entre mis brazos de nuevo.

- No solo sé tu nombre, sé casi todo de ti- le indico con soberbia- lo único que me falta saber de ti es ¿Porqué?

- ¿Porque qué? - dice mientras va a un mueble y cae como un peso muerto. Verla me hace sonreir. Pobre!!! debe estar agotada por la noche.

- ¿Porque vives aquí? - me mira como si no comprendiera mi pregunta - No tienes necesidad de vivir en un lugar como este. Tu padre es un hombre poderoso, tiene dinero.

- Te has dado tu mismo la respuesta- le miro sin entender - el dinero es de mis padres no mío. Cuando tenga mayor poder adquisitivo viviré en un mejor lugar. Además no me molesta, estoy cerca de mi trabajo y de mis alumnos.  La zona es pobre, pero no peligrosa. Cómo ya sabes mi nombre ¿me dirás el tuyo ?

Ania es una mujer fascinante. Las mujeres que conozco, jamás dejarían su casa para vivir en un lugar, que no estuviesen como reinas. Sin embargo, aquí está ella. Orgullosa del lugar donde vive y sus habitantes. Nos quedamos un instante en silencio.

- Dominic Divero - digo mientras me siento a su lado - estoy agotado, no me dejaste descansar  en toda la noche, peque. Considero que me debes.

- Primero no me digas "peque" - dice con pedancia, cuál niña pequeña - segundo no te debo nada, así que puedes marcharte por dónde viniste - dice mientras se levanta camino a la puerta.

- Cena conmigo mañana- le digo de la forma más cordial que puedo. Cuando veo que va a negarse continúo - si aceptas y luego de salir no quieres saber más nada. No volveré a molestarte. ¿Qué dices?

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Hola, aquí está un nuevo capítulo de esta mini historias. ¿ Que creen que pasará entre estos dos?

Nos vemos en la próxima actualización. Cómo siempre espero sus votos y si realmente les gusta la historia compartanla

La Llamada PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora