Ania
Su lengua va trazando figuras por todo mi vientre bajo, haciendo que me erice. Creando pequeños escalofríos que recorren mi cuerpo. Estoy ardiendo en deseos, este hombre me enloquece.
Pero mi deseo por él va más allá de mis reticencias. Mi mente va a mil por hora. Solo deseo una cosa en este momento y más tarde veré como resolver este lío.
Dominic toma mis piernas entre sus manos, me expande de tal manera que mi centro queda expuesto a la vista. Su mirada se centra en mi clítoris, mientras su lengua recorre golosa sus labios.
Puedo sentir su poder sobre mi. Mi miedo y deseo se dan la mano. Estoy muy asustada, no quiero caer en su control. Pero al mismo tiempo, temo que no tengo salida.
Mis pensamientos me han alejado de sus caricias, Dominic lo nota y detiene sus movimientos para observarme minuciosamente. Me siento incomoda e intento inútilmente huir de su mirada. Toma mis tobillos con sus manos, mientras besa eróticamente mi tobillo derecho.
-Dime que me detenga - le escucho decir. Me invade el pánico, ¿Deseo que se detenga? Sin meditar, sé la respuesta.
- ¡Por favor!!!- suplico hambrienta. Mientras me retuerzo entre sus manos. Él sonríe al saberse vencedor en esta batalla.
- Por favor, ¿qué? - pregunta mientras me mira desde su posición soberana. Me muevo mostrándole con acciones más que con palabras lo que deseo - No, pequeña - me detiene- palabras, quiero tus palabras.
- Dominic, te necesito...!- le indico ansiosa.
Me mira, mientras con su dedo me recorre desde el tobillo hasta el interior del muslo. Tiemblo, su contacto me enciende. Se detiene y observa mis reacciones atentamente, suspiro suplicando mentalmente que continúe su exploración.
- Ania, dime lo que quieres - insiste - y recuerda que una vez que decidas - me mira intensamente- no abra vuelta atrás. Serás mía, ya no podrás huir de mí.
Su declaración hace que mi temperatura baje. De pronto, me siento incomoda. Mi mente grita que ¡Huya!
Él me mira, mientras su dedo recorre lentamente mis labios vaginales. Siempre alrededor nunca en el centro. Ese simple acto me hace arder. De mis labios salen gemidos, deseo que me dé lo que mi cuerpo tanto necesita. Sin embargo, él continúa su tortura.
Mientras intento coordinar las ideas. Entender la advertencia. Si hacemos esto, ya no podría escapar. Mi estómago se retuerce de nervios ¿Que opciones tengo? Decir no, dejando mis deseos y necesidades de lado, sabiendo que nadie me dará, lo que solo él puede. O por el contrario, aceptar mi destino, entregar mi sumisión ¿Qué tan malo puede ser?
Dominic decida subir las apuestas, su boca comienza a dejar tiernos besos en mis muslos y bajo vientre. Mi cerebro deja de funcionar, solo quiero sentir y disfrutar lo que me hace.
Se detiene en la cúspide de mi monte, me mira con malicia. Su mirada me pone en alerta.Reinicia sus besos, está vez se dirige al sur. Lamiendo lenta y dolorosamente mis labios, como quien degusta un helado. Puedo escuchar sus gemidos de placer, haciendo que me haga agua. Me gusta creer que soy yo la que controla la situación. Pero la realidad es que soy esclava de lo que Dominic me quiera dar.
- Dominic - grito al sentir su lengua recorrer mi clítoris. Comienza hacer pequeños remolinos combinados con cortos mordisco. Mis piernas tiemblan, toda mi piel se eriza. Me falta el aire, estoy tan cerca y lo puedo sentir.
- Dimelo, Ania ¿Cuál es tu desición? - dice imperturbable. Es mi torturador y yo su prisionera gustosa - responde, mi paciencia tiene límite, nena. Y hace rato lo pasaste.
Mi mente está en blanco, mientras mi corazón late a millón. Solo necesito que me permita llegar. En un instante me doy cuenta que ya le he dado el control. Después de todo, sino lo hubiese hecho, hace rato ya abría llegado sola al orgasmo.
Por el contrario, estoy a la espera de que mi verdugo se apiade de mi.
- Haré lo que desees - digo mientras me siento que caigo en un abismo sin fin.
- Eres mía - dice con confianza - no te voy a permitir dejarme nunca más.
Y sin más me penetra con dos dedos, mientras su boca vuelve a torturarme. Solo que esta vez si me permite llegar a la cúspide. Y me pierdo en el mar de sensaciones y sentimientos.
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Bueno sigue haciendo calor por aquí 😰😰😰Un capítulo más y faltan dos. ¿Qué les va pareciendo esta historia? ¿A quien más le dió calor?
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La Llamada Perdida
Short StoryDos desconocidos unidos solo por una llamada, que les lleva a una aventura erotica... Cuento Corto Todos loa derechos de autor reservados, cualquier intento de copia sera penado. Se original crea Tus Propias Historias