Capítulo 22: Sin palabras.

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El tiempo es relativo, el último mes ha sido demasiado corto y a la vez demasiado largo, cuando pienso en el viaje a París va demasiado a prisa, no quiero ir, no quiero ver a esa insoportable, pero cuando recuerdo lo que perdí, suele ser más largo...

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El tiempo es relativo, el último mes ha sido demasiado corto y a la vez demasiado largo, cuando pienso en el viaje a París va demasiado a prisa, no quiero ir, no quiero ver a esa insoportable, pero cuando recuerdo lo que perdí, suele ser más largo y tortuoso el pasar de los días, el maestro diría el tiempo, no, los minutos se han convertido en kamikazes de Dios.

He vuelto al apartamento y he hecho un poco de aseo, hace poco terminé y he sacado una lata de cerveza del refrigerador, que al parecer es lo único que guarda. Como siempre que mi cabeza tiene algo de espacio libre, me he quedado en mi tortura personal: Mis pensamientos.

¿Cómo sería mi pequeño si hubiera nacido? ¿Si hubiera tenido la oportunidad de vivir? Ni siquiera pude saber si era mi pequeña princesa o el rey de mi casa... Ni siquiera tuvimos la oportunidad de competir por el amor de su madre ¿Y ella? ¿Cómo estará viviendo sus días? ¿Aún le duele como a mí o está llorando en un rincón mientras esconde sus penas?

Me bebo el último trago de la lata de cerveza, y veo la hora, son casi las dos de la mañana, me pongo de pie y reviso que no falte nada en las maletas, tengo que salir ya, porque el vuelo sale en una hora, menos mal saldremos en el avión de la empresa, pero aun así debo correr.

El taxi me deja en la entrada, lo único que me aseguro de llevar a la mano y que no se pierda, son mis documentos personales, reconozco que estoy más ebrio de lo que imaginé cuando salí del apartamento, así que me aseguro de lo que puedo, por suerte me encuentro con Santiago, ha estado saliendo con Hannah las últimas semanas, lo hacen a escondidas, la verdad es que ahora que no tengo en quien fijar mi atención puedo notar muchas cosas.

Otra de las cosas que he descubierto, y que quieren ocultar, es el embarazo de Laura, no sé si no quieren decirme por mi perdida, o sencillamente están aterrados como se ven que no quieren que los descubran, pero pronto su panza le va a crecer tanto que no habrá manera como ocultarlo, bueno, ninguna es como mi esposa... Ella ni siquiera dejó que su vientre creciera, aunque creo yo, eso es brujería. Sonrío, ella aún en su ausencia me hace sonreír.

Le rogué a Santiago que viniera conmigo, no quiero enfrentar solo a Sophia, pero para ello terminé convenciendo a Hannah... Y sin esperarlo, un gran grupo me acompaña, la verdad me siento de suerte por tenerlos a todos conmigo, sobre todo porque para guardar las apariencias no me dejaran solo expuesto ante ese ser demoniaco. 

–No puedo creer que me hayas convencido de ir contigo a otro país.

–Si hola ¿Cómo estás? Yo bien, gracias por preguntar, con unas ganas de salir de viaje– Mi sarcasmo sale de manera natural.

–¿Bien? Bien borracho dirás, hasta aquí huele el alcohol... Apestas.

–No quiero ir...

–Ya deja tu mala actitud, vamos a pasarla bien, solo miras a la fulana esa unos minutos y salimos a conocer la ciudad– Interrumpe Laura al llegar, a diferencia mía, está muy emocionada por viajar. 

¿Eres Mi Perdición O Mi Salvación?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora