Nadie te puede advertir ni explicar qué es el dolor, porque todos lo sienten de manera distinta, todos lo procesan y al final aceptan a su manera. Quien iba a creer o me hubiera podido explicar que la agonía que siento hoy, no se podía comparar al de ninguno, ojalá hubiera alguien que me avisara que las consecuencias de mis actos no solo me podían afectar a mí. Un simple error, un simple acto, una pequeña imprudencia hizo que lo perdiera todo en un instante, ni siquiera puedo creer que en estos momentos solo quiero morir, cuando hace apenas unas horas le pedía a Dios que me diera la vida suficiente para poder pagar la felicidad que tanto rebosaba de mi pecho.El castigo que estoy pagando por ser tonto, me hace creer que el infierno de fuego es solo un paseo en el parque. Mi pecho se comprime fuertemente, y siento como respiro con dificultad, mientras la veo, ella es una diosa, erguida, fuerte, sus ojos brillantes y su bella sonrisa han desaparecido, pero sin embargo se mantiene firme, mientras que yo aquí arrodillado en un rincón para que no me vean llorar.
Y pensar que esta misma mañana había despertado con una tonta sonrisa mientras miraba su mano con argolla que dictaba que era mi esposa, la descubrí un par de veces mordiendo su labio y dando pequeños brinquitos en sus pies, después de observar con detenimiento el brillante anillo. Era feliz, éramos felices.
Eran un poco más de las seis cuando salimos del apartamento, nos habíamos levantado muy temprano, había sacado casi toda la ropa de su armario, era increíble verlo, pues siempre sabía lo que había de ponerse, pero esta vez, la mujer que siempre ha escondido en el fondo de si misma se apoderó de su exterior, se probó varios conjuntos hasta decidirse por una falda entubada negra que le dejaba la ligera panza que al parecer había crecido unos cuantos centímetros de más desde anoche, una camisa roja un poco holgada que hacía resaltar su piel blanca, unas zapatillas del mismo color de tacón playero, anteriormente había elegido unos negros de tacón puntilla pero al verse al espejo vio su vientre y algo pensativa los cambió. Yo solo la observaba hipnotizado al ver esa niña, justo cuando íbamos a salir tuve que quitarle la etiqueta a la blusa, tanta ropa que no había usado, y era porque no tenía una razón para hacerlo.
Fuimos los primeros en llegar a la oficina, como siempre, revisó mi agenda y la de ella, a pesar de que aún tenía las otras dos asistentes y ella tenía la propia, aún seguía encargándose de mí.
Preparó la sala de junta, y también encendió la cafetera, creo que tenía más energía que en toda su vida, eso me hizo sonreír como un tonto, era por mi causa, que ella era feliz. Cuando venía a traerme el café, la tomé de la cintura, y la besé, ella me correspondió, algo que no había hecho jamás en la oficina.
–¡Ay Dios! Dejen sus cochinadas para un motel– Dijo mi hermano interrumpiéndonos, ella iba a contestar algo, pero se retuvo y avergonzó cuando nos dimos cuenta de que mis padres venían con él.
–Al parecer has comenzado una buena mañana– Habló mi padre ante el silencio incomodo que se formó.
–Discúlpenme– Mi novia, no, mi esposa, se disculpó por los dos como si hubiera sido su culpa –No es la manera de uno comportarse en las instalaciones.
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¿Eres Mi Perdición O Mi Salvación?
RomanceEstaban tan acostumbrados a estar cerca el uno del otro, que no habían notado que había una gran pared en medio de ellos. ¿Qué sucederá cuando la pared caiga y se den cuenta que se desean más de lo que se pueden permitir? ¿Se abrirá el infierno par...