Al fin llego a mi habitación donde puedo refugiarme en mis pensamientos y escarbar en lo más profundo de mi corazón haciendo una llamada a mi conciencia si estoy actuando bien o no.
Cierro mis ojos por unos minutos buscando mi paz.
Lentamente voy encontrando la tranquilad y mi autoestima sube consiguiendo que sea de nuevo yo misma.Comienzo a ducharme tomándome mi tiempo. Llamo a Clotilde para que me ayude arreglarme.
Mientras me arreglo mi cabello le cuento lo ocurrido con Abdiel.— Haces bien Keila en expresar lo que tienes que soportar. Aunque de nada sirve que lo grites a los cuatro vientos, quién va salir perdiendo vas a ser tú. Fadela es una mujer con un carácter muy fuerte y a su edad todavía tiene energías para hacer la vida imposible a los demás.
— Ya me he dado cuenta. Pero sabes, quiero hacer las cosas bien, y esta noche me apetece lucir hermosa porque me siento bien conmigo misma y me encanta verme en el espejo mi hermosura.
— Eres hermosa Keila, lo que pasa que vives acomplejada. Deja a un lado tu obsesión por verte fea, cuando tienes muchas cualidades que te hacen ser muy interesante.
— Me voy a sonrojar. — Río nerviosa gastando bromas entre nosotras.
Con Clotilde puedo ser yo misma, con ella no hay tabús y nos entendemos a la perfección.Estoy dándome los últimos retoques cuando escucho que me llama Abdiel. Ruedo mis ojos pidiendo al señor que me dé paciencia.
Paso a la habitación de él con desgana.
Me paro a una distancia prudencial para mirarle mientras sus claros luceros empiezan ha escanearme.— Estás muy hermosa Keila. Tu melena negra suelta te queda muy bien, además me encanta escuchar como te ríes. Ojalá yo también pueda hacerte de reír.
— Tú bastante tienes con cumplir y respetar a tú abuela, que no es poco.
— No me siento nada orgulloso por lo que te hice. Te vuelvo a pedir perdón, te suplico que entiendas que fui forzado hacer algo en contra de mi voluntad y no puedo pasar por encima de abuela.
— Solo te pido, que si en verdad estás arrepentido, haz lo correcto. Y ahora dime, ¿porqué me has llamado?
— Keila, esta noche voy a ver a Maika, la mujer que amo desde hace años. Ella es la mujer con la quería casarse. Por desgracia tuve el maldito accidente de tráfico y quedé en esta silla de ruedas terminando con todas mis ilusiones. Su familia no me acepta porque soy un hombre inválido, ellos quieren un hombre sano y que pague mucho dinero para casarse con su hija.
Siento decirte todo esto, no debe ser agradable escuchar como tú marido te cuenta que no puede olvidar a otra mujer. Lo siento mucho Keila, no te mereces esto y estás pagando por errores de otros.— Llevas razón. Estoy pagando un precio muy alto sin necesidad.
Dije que te ayudaría, y cumpliré con mi palabra. Dime qué tengo que hacer esta noche cuando estemos delante de Maika.— Sé tú misma. Y no dejarme solo, acaricia mi mano para consolarme.
— De acuerdo, eso haré. Ahora déjame que termine de vestirte, tus hermanos nos esperan.
— Gracias Keila. Gracias. — Abdiel coge un mechón de mi cabello lo acaricia con delicadeza acariciando con las yemas de sus dedos mi rostro. Con disimulo me aparto rechazando ese gesto.
Termino de vestirlo y salimos hacia el salón en busca de los demás miembros de la familia.
Allí todos nos esperan. Como era de esperar, Florinda, Fadela y Clotilde visten vestidos hermosos. Yo he tenido que conformarme con uno sencillo.
De pronto siento un pinchazo en mi interior al ver como ellas lucen bien y yo como una cenicienta que no tiene suerte de tener una hada madrina.
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Lágrimas Por Una Sonrisa
RandomVivir en una familia cuya finalidad es hacer entender que las costumbres no deben desaparecer y que a pesar de los tiempos que corren las mujeres deben ser tratadas como antaño. Conlleva a que una joven no quiera seguir con esas tradiciones. Sin em...