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Inés, Elena y yo acabábamos de llegar al pequeño patiecito de la escuela y hablábamos. Elena preguntó si estábamos en la escuela e Inés le respondió que sí. Luego la rubia preguntó que si dormíamos en el Garnier y le respondí que no; ojalá pudiéramos. Nosotras y el resto dormimos en la escuela, aunque las habitaciones son lindas.

—¿Cómo Henri me encontrará si no estoy allá?— preguntó Elena preocupada.

—Ohhh— exclamamos Inés y yo con una sonrisa pícara.

—Un chico— Inés ya estaba emocionada.

—Por eso actuabas tan extraña— razoné yo.

—Envíale un mensaje, un correo o una videollamada —le propuso la morena.

Elena insistió que debía estar en el Garnier e Inés le dijo que se tranquilizara, que vamos a allá todo el tiempo.

Elena se emocionó mucho y pronto entramos las tres al "recibidor" de la escuela.

—Wow, es el futuro— dijo Elena más que fascinada.

•••

Le dimos a Elena los horarios y le dijimos que ambas nos duchamos en la noche.

Elena tomó un pedazo de pizza; quedó fascinada con ésta y pronunció el nombre de la comida algo extraño.

—¿No conoces la pizza?— le dijo Inés.

—¿No eres de Italia?— le pregunté yo.

Fuimos al sector donde estaban los videojuegos e Inés se puso un pantalón por lo que Elena quedó sorprendida.

—Bien, actúas muy extraño, es como si acabaras de salir de un documental de History Channel— le recriminó mi amiga.

Elena respondió que lo que pasaba era que ella era de un pueblo pequeño de Italia, y que allí no tenían ninguna de estas cosas y que las chicas no usaban pantalones.

—Ohhh, ¿eres amish?— le pregunté y Elena dijo que sí con la cabeza.

—Bien, ahora entendemos— dijo Inés y yo afirmé con mi cabeza, como había hecho segundos antes Elena —, con lo de la ropa y el pánico... Bien, podemos entenderlo— volví a afirmar.

En eso a Inés y a mí nos llega un mensaje. En cuanto revisamos el celular, vimos que era la invitación a la audición de Blok.

—Ohh, Dios, acaba de llegar— dije sin poder creerlo.

—Baila si te atreves, ¿te unes?— leyó Inés.

—¿Qué es eso?— preguntó Elena.

—Sólo es el mejor baile; baile en la calle; Hip-Hop, ¿no?— otra vez habló Inés —Ohh, no te invitaron.

—No te sientas mal— intenté animar a Elena —no fui el año pasado y siendo amish no tienes teléfono, así que él no tendría tu número.

—Pero está bien, estás con nosotras— dijo una Inés sonriente.

—¡Continuemos con el recorrido!— exclamé.

Seguimos enseñándole a Elena los estudios y le dijimos que nunca llegara tarde.

Íbamos a salir al patiecito que tiene la escuela y Elena chocó con la puerta de vidrio, cosa que Jeff, Dash y Max, e Inés y yo lo sabíamos.

—Primera puerta de vidrio— dijo Inés.

—No te preocupes, les pasa a todos— mi amiga y yo intentábamos tranquilizar a Elena.

—Casi....

Encuéntrame en París: Max Álvarez y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora