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Las chicas estábamos practicando una coreografía, cuando tres niñas se acercaron a mirar por el vidrio. En ese momento surgió el tema de "las hermanas menores" e Inés y yo le explicamos sobre esto a Léna.

En cuanto terminó el ensayo, la señorita Carré le indicó a Léna que la responsable de enseñarle bien la coreografía que acabábamos de bailar iba a ser Thea: justo lo que Léna necesitaba. Luego entraron dos niñas y nos preguntaron a Inés y a mí si buscábamos aprendices, "hermanas menores". Ambas dijimos que sí y cada una abrazó a su "hermana". ¡Ambas eran muy tiernas!

Léna también quería una "hermanita" y no dudo que llegue a hacer cualquier cosa por conseguir una.

•••

Johanna, mi aprendiz, Inés y su aprendiz, Lena y yo estábamos conversando en el "recibidor" de la escuela, en cuanto llega Violette, una de las niñas que nos miró en el ensayo, y le pide a Léna que ella sea su "hermana". Léna estaba súper emocionada y aceptó.

•••

Vi a Max yéndose de la mesa en la que Jeff y Dash estaban y aproveché mi oportunidad para hablar con él.

—Hey, Max— llamé su atención. Él ya estaba lejos de la mesa.

Él se volteó y me vió. Entendí que no iba a disgustarle mi presencia por lo que me le acerqué.

—Hola, _____— dijo él y ambos hicimos aquél choque que habíamos hecho frente a mi puerta aquella vez.

—Jeff me contó lo que sucedió— dije mirando en dirección a la mesa que Max acababa de abandonar, pues él estaba de espaldas a dicha mesa. Al ver hacia la mesa, pude ver cómo Dash y Jeff volteaban rápido la cabeza y "disimulaban"; era obvio que nos habían estado observando y que lo iban a seguir haciendo en cuanto me volteara nuevamente a ver a Max— estoy muy apenada al respecto pero, ey, no te pongas mal— dije esta vez regalándole una sonrisa.

—Es que lo arruiné para Blok; no estaba preparado— me respondió él, triste.

—Claro que lo estabas, siempre lo estás, sólo debiste de estar algo nervioso debido a la situación. Y no, no lo arruinaste para Blok, no estábamos todos allí— él me miró y yo le sonreí de lado, para darle seguridad y animarlo —. Esta fue simplemente una de las tantas oportunidades que Blok va a tener para mostrar que tan bueno es y— volvió a apartar la vista hacia el suelo —, en una ocasión próxima, podemos acompañarte y ayudarte— volví a sonreírle, pero él seguía sin cambiar su cara.

Suspiré, no a modo de cansancio, si no para relajarme. Tomé las manos de él y logré que me mirara de nuevo:

—Max, eres un bailarín inigualable, un bailarín excelente. Una derrota no quiere decir que seas malo: es sólo un "no". ¿Cómo el gran e inigualable Maximus Álvarez va a darse por vencido?— le insistí y finalmente sonrió a la vez que me miraba.

Aquello me hizo sentir tan bien... Saber que lo ayudé: es maravilloso.

—El punto es— volví a hablar —que no tienes por qué ponerte mal, ¿sí?— yo aún sostenía sus manos.

—Claro. Gracias, chica. En serio, es muy lindo de tu parte que quieras animarme— agradeció sinceramente.

Yo sonreí como diciendo "no es nada" y él me abrazó; gesto que vino por sorpresa, pero que yo correspondí.

Que correspondí hasta que Doña Raphael llegó e interrumpió y arruinó el momento.

En cuanto nos vió abrazados se acercó hacia nosotros y me empujó para darle un "pico" en los labios a Max, como marcando su "territorio".

Max me pidió disculpas con un gesto de la cara y yo le respondí que no había problema de la misma manera y me alejé de allí para ir a la habitación que compartía con Inés y Léna.

Cuando llegué al pasillo, Inés estaba justo entrando a la habitación. En cuanto llegué a su altura, entramos juntas y vimos a Léna haciendo grullas de origami.

—¿Y? ¿Lista para sorprender a Carré?— preguntó la morena.

—Está bajo control— respondió apresuradamente la rubia.

—¿De verdad?— pregunté dudosa.

—¿No deberías estar ensayando en vez de hacer cosas para esa odiosa aprendiz?— mi amiga Inés siempre iba al grano.

—Agh— comenzó la rusa —, no es tan mala y no es mía; pero lo será al final del día.

—¿Qué estás haciendo?— Inés estaba molesta.

—¡Intento ganar!

—Sí, ya vemos— dije yo —, ¡pero la única forma de vencer a Thea es ganarle en la coreografía!

—Tienes razón. Agh, ¿Qué estoy haciendo?

—Eso te decíamos— nuevamente Inés.

Las tres abandonamos la habitación y fuimos nuevamente al estudio.

•••

Ya había pasado mucho tiempo desde que Léna y Thea habían empezado esa absurda competencia y con Inés ya estábamos hartas.

—Bien, no más— dije molesta al entrar al estudio junto a Johanna, Inés y su aprendiz.

—¡La señorita Carré llegará pronto y son un desastre!— Inés también estaba enojada.

—¡Si no esayas, vas a perder y no es genial así que aprende el baile! ¿Bien?— repliqué.

—Observa— la música comenzó y la morena le mostró la coreografía a Léna.

En cuanto terminó, la señorita Carré entró y nos agradeció a Inés y a mí por intentar detener aquella pelea absurda y por ambas haberle dado un buen ejemplo a nuestras aprendices. Ambas nos ganamos la posibilidad de ir al ensayo de la compañía. Luego comenzó la clase nuevamente.

•••

Inés y yo estábamos a punto de ir al ensayo así que nos despedimos de Léna.

En eso, Johanna, la aprendiz de Inés y otra niña, la cual era rubia, entran a la habitación. La niña rubia traía hielo para los agotados pies de Léna y además las ganas de ser la aprendiz de nuestra amiga.

Inés y yo al fin nos fuimos.

Encuéntrame en París: Max Álvarez y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora