Capítulo XXXIV

10 1 0
                                    

De la clemencia de Dios con que mitigó la destrucción de Roma

Refieren que Rómulo y Remo hicieron un asilo o lugar privilegiado adonde cualquiera que se acogiese fuese libre de cualquier daño o pena merecida, procurando con este ardid acrecentar la población de la ciudad que fundaban; maravilloso ejemplo precedió a la presente ruina para que sobre él se aumentase la gloria de Jesucristo, y los que arruinaron a Roma hicieron lo mismo que habían antes establecido sus fundadores, pero con esta diferencia: que éstos lo ejecutaron para suplir el número de sus ciudadanos, que era muy escaso, si había de formarse una población tan numerosa como apetecían, y aquellos igualmente lo practicaron por conservar el considerable número de hombres que había en ella. Responda a sus contrarios la familla redimida con la sangre de Jesucristo, y su peregrina ciudad, si más copiosa y cómodamente pudiere, estas y otras cosas semejantes.

La ciudad de Dios: Libro IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora