IV

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Una semana, ya había pasado una semana en la que no sabía nada del que fue su esposo, intento mantenerse tranquilo al comienzo, luego se acercó a la oficina, solo para que todo el mundo incluso su ex Pepper lo negara, en un momento de euforia, decidió simplemente irrumpir en el edificio, pero todo estaba vacío, naturalmente era como si el castaño lo hubiera planeado todo con anticipación.

Se presentó a trabajar todos esos días, estuvo en silencio e intentando cumplir todo de forma eficaz, para el final de la semana, todo en la torre se manejaba como antes, pero sin Tony, la mañana del domingo se presentó, y él la esperaba con ojos sumamente abiertos.

La noche había sido algo complicada, un pensamiento llego a su mente, no pudo pedirle perdón, pero tampoco pudo dejar todo para ir a buscarle ¿Por qué?, su presencia le faltaba, quería saber dónde estaba pero, si él no volvía jamás ¿podría vivir con eso?

Dirigió su mirada a la fotografía de su boda, tomo el pequeño marco y suspiro, él se casó con Tony, él fue el que se lo pidió, en su momento le pareció correcto, estaban saliendo, estaban besándose, no quería ver al castaño con nadie más, entonces era lógico ¿cierto?, si quieres a alguien para ti solo, y tú solo quieres estar con él, entonces te unes a esa persona.

-Yo no podía verte con nadie…que no fuera yo…-

Susurro para sí mismo acariciando la imagen del castaño, le viene a la mente aquella noche, en la que un nuevo miembro de los vengadores se presentó con ellos, Stephen Strange, un hombre muy parecido en personalidad al castaño, alto, delgado, ojos claros, pero una mirada que lo inquietaba, y más cuando la posaba en el genio.

Técnicamente esa fue la primera noche que los celos lo atacaron, mientras Strange se presentaba y comentaba las razones por las que estaba ahí, Tony no le sacaba la mirada de encima, se hacían comentarios irónicos, ese hombre de alguna forma podía llevarle el paso, hablaban de diferentes temas que él mismo jamás comprendería.

Era una versión más osada y coqueta de Bruce Banner, lo jodía tanto la forma en la que hablaban, parecían amigos de toda la vida, y para él Tony era su único amigo, de repente volvía a la infancia, donde tener amigos era un reto y podías perderlos fácilmente, no quería, ellos se alejaban para hablar, y él solo se metía entre ambos intentando sumarse sin éxito a la charla.

Pero fue Game over cuando el castaño lo invito a su laboratorio, nada que hacer ahí, no sabía nada, no podía acotar nada, y lo peor de todo, fue capaz de divisar como el de ojos claros le daba un guiño cómplice a las tonterías sexuales que soltaba Tony.

Cuando sintió que era una alta posibilidad que Strange le quitara a su genio, no lo pensó dos veces y comenzó a cortejarlo, ahora se preguntaba si lo que en realidad le molestaba era la amistad, ¿podría ser que en realidad él no se hubiera enamorado de Tony?

Negó rápidamente suspirando, no podría siquiera pensar en eso, Tony hacia que su corazón latiera, y él ya había tenido un mejor amigo antes, pero jamás se sintió así cuando estaba con él, lo apreciaba con el alma y hubiera recibido una bala por él sin pensarlo, pero no era lo mismo.

Esa pequeña diferencia, era amor, debía ser amor…

Si tan solo Bucky estuviera a su lado, él le ayudaría, para eso son los amigos, para sacarte cualquier duda que tú quizás desde tu perspectiva no logras ver, miles fueron las veces que Bucky intento ayudarlo con mujeres, darle consejo, le arreglo citas, y no solo eso, mientras solo era un debilucho, él siempre le ayudo y estuvo a su lado, de jóvenes hacían travesuras, y cuando las cosas con su padre se ponían demasiado peligrosas, su madre lo enviaba con él.

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