II

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Cansado, esa palabra lo definió por mucho tiempo de su vida, y ese día no era la excepción, quizás eso también influyo en la sarta de tonterías que termino por ser su error más grande hasta el momento, muchas veces escucho que cuando uno tiene una pelea con una pareja, lo mejor que puede hacer es respirar, calmarse, recordar lo mucho que ama a esa persona, sin importar que tan herido o molesto por la situación este, que lo mejor es bajar los humos y hablar tranquilamente, pero él hizo todo lo contrario.

Durante un año y algunos meses, había hecho un cambio aún más drástico que antes, ahora tenía de esposo a Tony Stark, y como cualquier pareja, los meses de luna de miel, fueron los más dulces de toda su existencia, en todo el sentido de la palabra.

Fue un alivio llegar a la noche de bodas y saber que el castaño tampoco tenía mucha idea del sexo entre hombres, de alguna forma equilibro la balanza con el hecho de que él era virgen, juntos aprendieron y lo llevaron a cabo con sumo cuidado y amor, aunque a partir de ese momento, él se volvió un total adicto.

La pasión en ese volumen era algo que jamás habría previsto, y tal vez fuera otro efecto del suero, pero Tony no llevaba ningún suero, él era ardiente naturalmente, no podía evitar pensar en eso todo el tiempo, recordaba querer alargar las misiones en el pasado, solo para no encontrarse en ese mundo por tanto rato, pero ahora se esforzaba en que todo se llevara a cabo del modo más rápido, necesitaba volver a él.

La convivencia era buena, pero de vez en cuando, todo fallaba, como una montaña rusa, en un momento haces un viaje pacífico y luego desciende tan rápido y fuerte que piensas que ahí se termina todo.

Y esa vez si fue el final del viaje.

Volvía de la misión más molesta de todo el año, literal llevaba invicto más de 300, pero esta no fue así, le dispararon, se golpeó en lugares peligrosos, le echaron la culpa por que el hombre que buscaban escapo, y no solo eso, también tenía que aguantar los malditos comentarios acerca de su “hombría” perdida a causa de su matrimonio.

Decir que estaba harto era poco, solo quería comer algo y dormir, miraba hostilmente a todo el que se cruzara por su camino, e iba con pasos pesados hasta el elevador, una vez que las puertas se cerraban respiraba nuevamente.

Ahora que lo recuerda, fue incluso poético, de cierta forma, al llegar al piso nueve, las puertas se abrieron de golpe, y pudo divisar sin muchos ánimos, el molesto rostro del castaño.

-Steve.-

Dijo metiéndose en el elevador con sus brazos totalmente cruzados y unos papeles en la mano.

-No, hoy no Tony por favor-

-¿Hoy no? ¿Hoy no? ¿Entonces cuando? ¿Eh?-

Le arrojo los papeles en el rostro.

-Tony, por favor, no estoy de humor para discutir nada.-

-No es que esto no es una discusión, si lo fuera quizás me había enterado de lo que le pediste a Fury-

-¿Por qué Fury fue a hablarte de eso?-

-¿QUE? STEVE ¿TE ESTAS ESCUCHANDO A TI MISMO?-

-Tony no me levantes la voz, no ha sido un buen día y ya habíamos hablado de esto-

Amor en cualquier forma. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora