Capitulo 12: ¿Quieres jugar niño bonito?

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Eithan.

—¿Donde te metiste intrusa?—me digo a mi mismo mientras la busco por los alrededores de la escuela.

Después de que se largará como una niña malcriada del comedor, todo comenzó a ponerse tenso, su amiga y su hermana quienes estaban frente mio no dejaban de fulminarme con la mirada.

«Pará lo que me importara»

Se terminó la estúpida merienda, me levante de la mesa y me encamine a buscar a ese pequeño demonio, yo solo quería molestarla un poco, jugar, divertirme, no crei que se lo tomaría tan enserio o se enojaria tan rápido.

Pensé que después ella regresaría al comedor y se disculparia por el teatrito que formó, pero ni su alma se apareció. Por eso ahora estoy como un Idiota buscándola.

Después de que Amelia las mencionara como las futuras princesas de este reino, MI REINO, la furia se apoderó de todo mi ser al saber que ellas eran las intrusas que viven ahora en mi castillo y que estoy seguro no se conformarán solo con vivir allí, sino que también irán a por mi corona. Y eso si que no lo voy a permitir.

Sigo caminando y entonces la veo, esta en el pasillo de las aulas, sus pasos son lentos y pesados, ella está de espalda es decir que no me ve, pero entonces se detiene y por mi cabeza pasa la idea si se ha dado cuenta que la llevo siguiendo. Avanzó a pasos rápidos pero sin hacer ruido y me escondo en la columna de mármol que está a centímetros de ella.

«Me siento como el agente 007»

Estiró el cuello y asomo la cabeza, desde donde estoy puedo verla y oírla, veo que se abraza a si misma, se tapa la cara y llora, su sollozo es suave. Me quedo segundos observando esa escena y me es incómodo porque nunca se que hacer en estos momentos.

Comienzó a sentir lástima por la intrusa y a sentirme mal, unos minutos después, se seca sus lágrimas con el dorso de su muñeca y gira sobre sus talones, rápidamente escondo mi cabeza y contengo la respiración.

«Mierda, si regresa por esta dirección, me va descubrir» «Imbecil ¿Porque la tenias que seguir?»

Espero a que pase y no mire hacia atrás, pero eso nunca llega, nuevamente asomo la cabeza centímetro a centímetro y veo que se dirige a la habitación roja, se detiene y al parecer lo duda, pero retoma su camino y se va hacia esa habitación.

«No te está viendo, ahora ¡Largate!»

Mi mente me ordena que regrese con mis compañeros y la deje ahí sola. En ese lugar no hay peligro, para nada, pero verla llorar me hizo sentir lástima por ese pequeño demonio. No es que ella me importe en lo absoluto pero algo dentro de mi me impulsa a seguirla. Conciencia le llaman.

Con sigilo me acomodo entre las sombras de la habitación, ella aún no encuentra el interruptor, en su camino por alcanzarlo sólo escucho golpes de su cuerpo contra el escritorio o la orilla de la cama seguido de un "Carajo" o un "Auch mierda" reprimo mi risa y al ver que no lo encuentra me acerco a ella, a pesar que este oscuro y no pueda verla, se perfectamente donde se encuentra cada cosa, llego hasta la intrusa y le susurro al oído.

—¿Siempre eres así de curiosa?

Se sobresalta y ahoga un pequeño grito, gira rápidamente y su rostro se encuentra a centímetros del mío, lo sé porque siento ese delicioso aroma que desprende de su cabello. Alzo la mano y prendo el interrumptor, las luces inundan la habitación, bajo la mirada y veo que tiene los ojos cerrado fuertemente, es tan gracioso verla así.

—No te asesinare princesa—vuelvo a acercarme a ella y está vez sus ojos de abren tanto que por un momento pensé que se saldrían de su rostro.

Una princesa en zapatillas ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora