Capitulo 19: Erick ha vuelto

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Eithan.

—Alexa debo irme—le hago saber a la castaña que tengo al frente, ella se niega a soltarme.

—Nos estamos divirtiendo Eith ¿Que sucede?—sus brazos atrapan mi cuello y se aferra a mi pecho.

—Sucede que enserio debo ir a buscar a mis hermanas—respondo incómodo.

—Ellas están lo bastante grandes para cuidarse solas—gruñe —Quedate conmigo, la pasaremos bien.

—No.

Dicho esto me safo de su agarre, intento retomar mi camino. Pero carajo ¿Que esta mujer no se cansa? Alexa atrapa mi camisa con sus manos y con la poca fuerza que tiene me apoya contra la pared, no pongo resistencia porque no quiero lastimarla, pero vamos, ¿Por que retener a un hombre habiendo tantos príncipes afuera?

«Porque eres irresistible Eithan»

—Alexa ense... —me calla estampando sus labios sobre los míos.

Me quedó con los ojos abiertos, viendo como ella intenta desesperadamente que le corresponda el beso. Vamos, tampoco dejaré a la pobre chica con las ganas.

Tomó su rostro entre mis manos y con rudeza la beso, no es un beso apasionado ni mucho menos romántico. Son de esos besos que solo te llevan a la exitacion, nada que no haya sentido antes. Me obliga a que meta mi lengua en su boca, sin hacerme problemas lo hago y ella hace lo mismo.

Y entonces sucede.

El rostro de ella aparece como un flashback en mi mente.

Alexa tiene los labios carnosos, pero no son pequeños y suaves.

Alexa tiene una hermosa cabellera castaña, pero no es de un precioso rubio.

Alexa tiene una figura execpcional, pero no es pequeña y delicada.

Alexa tiene unos bellísimos ojos café, pero no son de color esmeralda que me tiene embelesado, esos ojos que me abren la puerta al mismo paraíso.

¡Joder! Debo dejar de estar pensando a cada maldito segundo en ella. Me está volviendo loco. Cuando menos me doy cuenta estoy alejando mis labios de los de Alexa.

Me mira desconcertada, sus labios están rojos, sus ojos me miran con deseo y lujuria, se que es lo que quiere, es lo que mayormente buscan esta clase de chicas. Alexa puede ser una de las princesas más hermosas que haya visto en la vida, pero los rumores que rondan sobre su loca obsesión de acostarse con todos y cada unos de los príncipes, es realmente perturbador.

Vuelve a acercar su boca a la mía, pero echo mi cabeza hacia atrás, evitando su beso.

—¿Que ocurre?

—Yo lo siento nena, debo irme—sin decir mas, me adentro a la pista de Baile y comienzo a buscar a esa rubia que no ha hecho mas que tenerme loco.

Mientras la busco, no puedo dejar de pensar en cómo en tan poco tiempo, Catalina se ha posicionado tan rápido en mi corazón; es decir, ella me odia, no quiere verme ni en pintura. Y es que adoro verla enojada, adoro cuando frunce el ceño o cuando se pone más roja que un tomate, sus gestos son tan adorables.

Ella lo niega, pero yo sé que le gustó, sus labios pueden mentir y decir que no siente nada por mí, sus gestos pueden finjir y mostrar desinteres por mí,  pero sus mirada, uy, sus miradas hablan y mucho. Sus ojos no mienten y ella lo sabe, por eso siempre intenta desviar mi mirada.

—Charlotte—le tocó el hombro a la rubia, ella se encuentra de espaldas, casi da un salto al sentir mi tacto —¿Has visto a Catalina?

De inmediato se pone nerviosa y pasa mechones de su cabello detrás de su oreja.

Una princesa en zapatillas ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora