Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 2

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Remy's PoV:

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Remy's PoV:

Una vez llegué al hospital que me había dicho Kaoruko, tiré la bicicleta por el estacionamiento y empecé a correr hacia el apartado de terapias intensivas, abría todas las puertas que se encontraban en mi camino con una brusquedad que hubiera puesto a Endeavour celoso. Hasta que llegué. Las gotas de sudor eran notables y mi respiración estaba agitada, tenía los ojos un poco hinchados de llorar. Había muchas personas en la sala pero solo conocía a Kaoruko.

Me acerqué a ella tratando de regularizar mi respiración —¿Dónde está?

—Adentro.

Me acerqué a un médico, saqué mi carnet de estudiante de medicina y otro que mostraba que ya estaba haciendo mis prácticas en hospitales.

—Necesito atender a Sir Nighteye —Mi voz era desesperada.

—No sé si con solo esas identificaciones puedas entrar, ni siquiera realizas las prácticas en este hospital.

—Tengo un mail —saqué mi teléfono—, de mi jefe, del hospital donde estoy —Me había contactado con él mientras estaba en el tren. Básicamente el mail decía que era apta para realizar la cirugía y algunos de mis antecedentes. Ayudó el que mi jefe sea uno de los cirujanos más importantes del país.

Me miró con duda —Bien, entra. Pasa por la cámara de desinfección y ponte lo necesario.

Lavé mis manos con una rapidez nunca vista, me vestí con la bata quirúrgica, guantes de látex, cubre bocas, gorro y me cercioré de no tener ningún accesorio dando vueltas por mis manos y cuello.

Tomé aire y entré a dónde tendría que estar mi padre. Habían tres personas con él, un chico de cabellos verdes y otro rubio (quien parecía el mayor de los dos) y un hombre mayor también rubio. Cuando abrí la puerta se me quedaron mirando, probablemente preguntándose quien era yo. Simplemente los ignoré y me acerqué a la camilla. Casi se me escapa un sollozo pero era hora de actuar con profesionalismo.

Estaba peor de lo que me imaginaba. Al menos había lavado su cara de la sangre, aun así todo su abdomen abundaba de ella y el agujero era enorme. Llevé mis manos a la cara y traté de calmarme, no podría hacer nada si estaba así.

—R-remy? —Era él.

Me acerqué más y le tomé la mano —Está bien, estoy aquí, ya vas a ver cómo vas a estar mejor.

—¿Quién eres? —preguntó el hombre mayor.

—Alguien que vino para salvarlo.

El adolescente mayor me tomó de los hombros— Por favor, tienes que hacerlo, no puede morir —solloza.

—Hey, voy a hacer todo lo que esté en mis manos—Le saqué las manos de mis hombros suavemente y empecé a llamar a médicos para que me ayuden—. Esto va a doler, pero tienes que ser fuerte, ¿sí?. Pasaste por todo esto, solo aguanta un poco más —saqué mis anteojos del bolsillo y me los puse para empezar. Miré hacia el trío—. Será mejor que esperen afuera.

Sunshine | 𝑇𝑜𝑠ℎ𝑖𝑛𝑜𝑟𝑖 𝑌𝑎𝑔𝑖©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora