Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 7

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Remy's PoV:

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Remy's PoV:

Habíamos quedado vernos con Toshinori frente a la puerta del nuevo jardín. Yo había llegado cinco minutos antes de la hora acordada para no hacerlo esperar.

Me había puesto unos shorts de jean azules y una camisa con botones, manga corta, roja, con estampado de flores, que estaba metida dentro de el short. En los pies unas sandalias con un poco de plataforma.

Sentí un toque en el hombro, era él —Hey, espero no haberte hecho esperar mucho —Me sonrió.

—Tranquilo, llegué hace poco.

—Genial, entremos.

Mientras paseábamos por los caminos de piedra y observabamos las flores que flotaban en la superficie de las lagunas, me dediqué a observarlo. Siempre llevaba ropa talles más grandes del que necesita. Estaba vestido con unos jeans rectos azules y una remera manga corta violeta claro, que a decir verdad le quedaba muy bien.

Caminábamos y hablábamos de cosas simples. Él me preguntaba que estudiaba, si trabajaba, cómo era él lugar donde vivía, cosas que me gustaban. Y yo le preguntaba sobre la U.A. y sus alumnos, como era la vida como maestro. Eran charlas amenas, no había silencios incómodos y los temas para conversar nunca se acababan, y era algo que agradecía mucho ya que se me dificultaban sacar temas de conversación. Pero con él no era así.

Nos encontrábamos riendo por una anécdota que le conté. Su risa era preciosa.

—¿Y que pasó?

—Realmente nada, no había mucho que hacer. Me mandaron a detención y estuve como una semana quedándome después de clases.

Suelta una risa adorable.

Cuando nos calmamos un poco se detuvo a verme.

—Creo que ya lo recorrimos todo y son solo la una del mediodía —Se rascó la nuca nervioso—.  ¿Quieres ir a comer algo?

Le dí una sonrisa de costado —Me encantaría.

Salimos del jardín y fuimos a una cafetería que estaba a cuatro cuadras.

—Entonces ¿Te gustó el lugar?

—Sí, era hermoso, todas las flores, el agua, los puentes de madera con hermosa vista. Simplemente hermoso.

Recargó su cabeza en su mano. Me miró con ¿ternura?— Me alegro tanto que te haya gustado —se acomodó nervioso en la silla y empezó a jugar con sus dedos—. Sinceramente quería hablarte antes para salir y lo del jardín fue como una pequeña excusa, por decirlo así.

Reí —No necesitas una excusa para salir conmigo, cuando quieras hacerlo, me llamas.

—Ahora lo sé.

Nos miramos y sonreímos.

Sinceramente no sé qué esperar de todo esto. Esta salida me hizo pensar en lo que sentía por Toshinori, ordenar un poco más mis sentimientos. Es verdad que salimos una sola vez y cuando nos conocimos ni siquiera hablamos, pero él es una de esas personas que simplemente te hipnotizan con sus palabras y todo lo que saben. Y ni hablar de lo precioso que era. Además por lo que hablamos hoy me di cuenta que tiene sentimientos hermosos, la manera en la que hablaba de sus alumnos y sobre el mundo, su manera de ver las cosas era tan pura.

Él era tan puro, que te enamoraba solo con sus palabras.

Nos habíamos quedado al menos cuatro horas en la cafetería y luego seguimos caminando por el lugar donde estábamos

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Nos habíamos quedado al menos cuatro horas en la cafetería y luego seguimos caminando por el lugar donde estábamos.

El jardín japonés se encontraba en un lugar turístico llamado Tora, que estaba a varios minutos del centro de Musutafu. Había puertos, por lo que era muy común ver a la gente pescar por ahí o simplemente se sentaba en el pasto para ver el río. Lo demás eran lugares para comer, heladerías, pero todo decorado con el toque propio del lugar.

De tanto que nos había gustado Tora, nos quedamos hasta al anochecer. A la tarde habíamos comprado unos helados y nos habíamos sentado cerca de la orilla del río.

Y aquí estábamos caminando otra vez, en silencio, Toshinori me acompañaba a la estación de autobuses. Él no iba conmigo porque vivía por otro barrio y había otro autobús que lo dejaba más cerca.

Y sin querer esperar más, cuando pasábamos por debajo de una catedral, mientras las luces de la calle nos iluminaban, paré de caminar. Toshinori se me quedó mirando confundido. Iba a ser tonto si solo me quedaba parada ahí, ¿se sentiría cohibido si todo avanzara tan rápido? ¿Había confundido todo y me rechazaría? Lo agarré de la chaqueta que se había puesto por la frescura de la noche y "acomodé" el cuello del abrigo (solo era una excusa para tocarlo, él era cálido). Mordí mis labios mientras esperaba a que captara la indirecta. Toshi empezó a caminar en reversa hasta chocar contra la pared, yo lo seguí a él. Sin soltarlo me acerqué hasta que no haya casi espacio entre nosotros.

Estaba nerviosa no sabía si Toshinori quería esto tanto como yo, pero esperaba que sí.

Acerqué lentamente mi rostro al suyo y antes de cerrar mis ojos pude divisar un pequeño brillo en los suyos.

Toshinori dió el último paso y nuestros labios se tocaron, los suyos tenían un leve sabor a limón por el helado de la tarde y los movía de una manera tan lenta que sentía que me robaba el corazón de a poquito. Rodeé su cuello con los brazos para tener más contacto físico y él abrazo mi cintura. Su toque se sentía tan mágico que hacía que desee no separarme nunca.

 Su toque se sentía tan mágico que hacía que desee no separarme nunca

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Sunshine | 𝑇𝑜𝑠ℎ𝑖𝑛𝑜𝑟𝑖 𝑌𝑎𝑔𝑖©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora