*Narra Peter*
Salí y bajé las escaleras de la entrada de la escuela. No había encontrado a Lali dentro, por lo que pensé que sería posible que ella estuviera acá afuera, esperándome. Cuando llegué a mi auto, me sorprendí al no verla ahí. Abrí el auto y metí mi mochila dentro, cerrando nuevamente la puerta.
Los minutos pasaban y ella no aparecía. Comencé a preocuparme, a extrañarme de no verla ahora.
Vi salir a Benjamín con un amigo de ahí. Comencé a sospechar que quizás él había sido la causa y, sin dudarlo, fui con él. Cuando estuve lo suficientemente cerca de él como para tocarlo, lo agarré de la parte del cuello de su chaqueta y lo empujé a la pared con fuerza. Lo miré amenazándolo con la mirada, con frialdad.
- ¿Dónde está? -gruñí.
- ¿Quién? -me devolvió, sonriéndome petulantemente.
-''Quién'' -lo imité burlonamente- Lali, imbécil.
- ¿Esa puta? No la ví desde el almuerzo. Ahora soltame -me empujó, provocando así que soltara su chaqueta. Él se la ordenó sin quitar la mirada de mí.
El que lo acompañaba se había ido.
-No es una puta. Mira, -suspiré frustrado- espero que no me estés mintiendo. Vos no me conoces -amenacé.
Lo miré tragar, nervioso. Paula llegó en ese momento, quedándose junto a Benjamín.
- ¿Qué pasa acá?
- ¿Viste a Lali?
-La última vez que la vi fue hace unos... ¿Cinco, diez minutos? -Respondió, dudosa- Iba caminando por el estacionamiento hacía la chica nueva. Luego me fui -se encogió de hombros- ¿Por qué? ¿Se te perdio la perra?
Sin decir nada más e ignorando el último comentario, fui hacia mi auto. Saqué mi celular y comencé a escribir un mensaje para enviárselos a todos:
''Hay problemas. Punto de siempre.''
Encendí el motor y me puse en marcha hacía el lugar de reunión de los chicos a una velocidad ''algo'' rápida.
(...)
Allí dentro sólo estaba Agus sentado en el sofá haciendo algo con su celular. En cuanto llegué él se levantó y se me acercó. Verlo solo me hizo recordar a Lali y mis sospechas de que quizás él es su hermano. Suspiré y desordené mi cabello frustrado.
- ¿Qué pasa?
-Es Lali. No la pude encontrar y creo que se la llevaron a otro lugar.
Él solo me miró y, como si no le importara, pasó junto a mí y sacó una lata de cerveza de la pequeña heladera que teníamos. La abrió para poder beber y se sentó en una silla. Me lo quedé mirando.
- ¿Tu madre se llamaba Adriana?
Él tragó con fuerza y comenzó a toser agitadamente. Se cubrió la boca con una mano hecha puño y cuando terminó, la bajó para mirarme fijamente. Asintió con la cabeza mientras desviaba la mirada.
-Sí. ¿Cómo sabes?
Me encogí de hombros.
-Y tu padre Alejandro.
Lo vi encogerse en su lugar, sin mirarme nuevamente. Sabía que hacerle recordar su infancia le haría daño, pero debía descifrar la incógnita.
- ¿Encontraron el cuerpo de tu hermana?
-No -respondió luego de unos minutos- Solo el de mi madre... Papá creía que se había desintegrado... -suspiró- ¿Quién te contó?
-Eso no importa... Ahora escucha atentamente lo que te voy a decir.
Me senté junto a él y comencé a contarle sobre los papeles de la adopción de Lali. Le conté también acerca de los informes médicos y cartas del médico que la había atendido. Acerca de que los nombres de sus padres biológicos eran iguales a los nombres de sus padres y que tenían el mismo apellido. También sobre que su madre adoptiva había muerto antes de que le entregaran a Lali, pero que había alcanzado a firmar. Al final, le hablé sobre que tenía un hermano con su mismo nombre y apellido. Todo encajaba.
- ¿Vos crees que es cierto? -preguntó, aturdido, con los ojos abiertos. Logré notar que sus ojos estaban húmedos, al igual que sus mejillas, y que tenía las pupilas dilatadas.
-Sí.
-Yo también... -murmuró junto antes de sentir las voces de los demás. Justo a tiempo.
Nico, Gas, Pablo y Stef entraron. Nico me miró fijamente y esperó para que hablara.
-No encontré a Lali y sospecho que la raptaron. Me dijeron que la habían visto con una chica nueva, Mercedes Barrionuevo...
- ¿Barrionuevo? -saltó él.
-Sí.
Me miró de soslayo y suspiró.
- ¿La llamaste?
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Rescatame {Laliter} || Adaptada
Fanfic| Historia del 2014 | Lali Espósito. 16 años. Vive en la Patagonia Argentina. Su padre la golpea. Su madre murió. Hija única. Peter Lanzani. 17 años. Vive en la Patagonia Argentina. Sus padres y son los más buenos del mundo. Su misión será lo que d...