Epílogo. (Parte 1)

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El lugar comenzaba a parecer cada vez más conocido para mí. Cada rincón, cada superficie... Había explorado este lugar por la mañana, cuando llegué hasta aquí por mi cuenta. El césped que cubría la húmeda tierra, los pocos árboles de un tamaño considerablemente alto. No sabía qué hacer, solo permanecía sentado allí, viendo como algunas de las personas que yo conocía comenzaban a irse ya.

El cielo estaba oscuro y el frío caía sobre los chicos, mis padres y yo... los que quedábamos.

Leí nuevamente las palabras que se encontraban en la lápida frente a mi rostro: ''Mariana Espósito Sierra. 1991 - 2008''

Luego venía una frase acerca de lo fuerte y valiente que había sido todos estos años de vida. Suspiré entrecortadamente, cubriendo mi rostro con ambas manos y esperando que nadie me viera llorar otra vez. Sentí los pequeños pasos de Sofía cerca de mí antes de que sintiera sus pequeños bracitos aferrarse a mi cuello desde la espalda. La apegué a mí, dejando que mi pequeña primita me llenara un poco de ese vacío inexplicable.

Nadie había dicho nada en todo el día acerca de mi aspecto. No había dormido ni comido y con suerte esta mañana me había bañado. Solo por ella.

El padre se Agus -y también el de Lali- había viajado desde Chile para poder asistir al funeral de su hija. Lo bueno era que ya sabía acerca del trabajo de Agus, por lo que no sacó el tema. Nos presentó, a mí como el novio de su hija y él solo me abrazó y pude sentir el dolor de su nueva pérdida.

También había venido Carlos, el hombre que la golpeaba a diario. Iba vestido, pero esposado y con un policía a cada costado de él. No dijo nada y se mantuvo allí, en una de las últimas sillas, hasta que la ceremonia terminó y se lo llevaron en una patrulla.

Los chicos me habían intentado animar estos días, pero nada funcionaba. Estaba mal, muy mal. Mi madre me dijo que me llevarían a un psicólogo para poder superarlo, pero yo sabía que no podría hacerlo.

-Peter... -se quejó Sofía bajo mi fuerte agarre. La solté de a poco.

-Perdón... -murmuré por lo bajo.

-La tía me dijo que ya nos íbamos.

Miré hacía mi madre. Había llorado desde el principio hasta el final. Yo sabía que le tenía mucho cariño a Lali pero jamás pensé que sería mucho.

-Voy después. Decile que voy más tarde a casa -besé su mejilla mientras la ayudaba a levantarse. Ella me sonrió, pero yo no pude sonreírle de vuelta. No tenía ya fuerzas para hacerlo.

Mis padres se acercaron a mí y mi madre se agachó a mi lado, quedando frente a la tumba de Lali.

-Hijo... -comenzó. Me tomó las manos- No te dejes caer con esto. Ella no querría que algo te pasara -murmuró.

-Ella ya no está acá para decirlo -le repliqué.

-Pero estará siempre en tu corazón, Peter. Siempre. -besó mi mejilla antes de levantarse e irse con Sofía y mi padre a casa.

No quité mi vista de su nombre. Su hermoso nombre.

Unas pequeñas gotas de agua comenzaban a caer por el lugar, salpicando las lápidas de cada persona que enterrada estaba aquí. Mojaba mi cabello de a poco, haciendo que quedara plano sobre mi piel. Ella no debía irse de ese modo. Me culpaba cada minuto a mí mismo por no haber estado ahí para ella, para protegerla y cuidarla. Si hubiera llegado más rápido... Capaz no estaríamos acá ahora. Levanté la vista al cielo, sintiendo como cada vez la lluvia comenzaba a caer más rápido sobre mi rostro.

-Perdoname Lali... Nunca tendrías que haberte metido conmigo. No estarías ahí... Pero yo soy egoísta, y te quería sólo para mí -inhalé profundamente, dejando que mis lágrimas se confundieran con la lluvia- Cuando vi las cosas que te hacían... Me prometí a mí mismo que te cuidaría y que nada te pasaría. Lali, te amo. Por favor, perdoname...

-No es culpa tuya, Peter.

Miré a mi lado para ver a Agus allí de pie, mirándome con lástima.

-No sabías lo que sucedería. Nadie lo sabía.

-Pero yo la llevé a eso, Agus. Por mi terminó así.

-Sabes que nuestro trabajo implica la vida de nuestros seres queridos.

Suspiré, escondiendo mi cabeza entre las piernas y brazos llevados al pecho.

-Ya nos vamos. Tenemos que ordenar algunas cosas -murmuró.

-Bien.

(...)

Ya habían pasado alrededor de una hora, y yo seguía ahí sin moverme, empapado hasta más no poder. Los truenos resonaban por todo el lugar vacío, y los relámpagos iluminaban todo. Estaba apoyado sobre la lápida de Lali, mirando a la nada misma. Aún recordaba su risa nerviosa y su mirada. Sus labios sobre los míos, sus temblorosas caricias... Me torturaba. No podía estar sin ella.

- ¿Podés creer que en dos semanas me enamoré perdida y locamente de vos? -Reí suavemente, encogiéndome en mi lugar- Me gustaría que estuvieras acá, aunque yo te siento en mi mente... Lali. Te extraño -lloriqueé.

Dejé que las lágrimas se confundieran con las gotas de lluvia. Nadie estaba allí para darme apoyo ahora mismo, nadie cuando más lo necesitaba.

Nadie.

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CAMBIÉ LA PORTADA, LES GUSTA? :D
NO ME MATEN, SINO SE QUEDAN SI LA PARTE 2 ;)

En la parte 2 me despido de ustedes, hablando de cómo me sentí subiendo está novela al blog y wattpad, el nuevo proyecto que tengo, agradeceré, etc.

Las amo, no se olviden.

Si hay algo que aprendí es a también ver la otra cara de la moneda, la que no es todo color de rosa, la que no terminan felices para siempre, casados con hijos, en una mansión, etc. La antítesis. Si no también dar a conocer lo que pasó, pasa y pasará a menudo en esta sociedad que tiene sus cosas malas y buenas, en este caso resalté las 2 partes: la bondad de una familia que aloja en su hogar a la protagonista sin pedirle nada a cambio, el chico que le da a amor a cambio de amor. Mostré también la realidad del maltrato verbal, físico y psicológico que sucede a diario en cualquier ámbito, ya sea escolar, familiar, del trabajo, etc. Las organizaciones de bandas de drogas que puede afectar a grandes como a chicos, que no necesariamente los grandes son los malos, los menores también.

La coraza de una persona no es lo que es realmente por dentro. Mírenlo al personaje que esta vez le tocó encarnar a Peter por ejemplo; casa hermosa, familia bien constituida, excelente educación, se llevaba bien con todos, etc... Y vos seguramente ni pensabas que estaba involucrado en algo tan pesado como es actualmente una banda de narcos. Cualquiera puede ser cualquiera en esta vida, sin importar clase social, religión, país....

Espero que sigan vivas después de esta novela, ¡se viene otra!

Con mucho amor, Maga.

Rescatame {Laliter} || AdaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora