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~Lo inevitable~

Camino a toda prisa, no puedo creer lo que acabo de ver, todo me da vueltas, y aduras penas logro llegar a casa.

No debí de haber ido, solo causa más dolor, el estaba ahí con esa mujer.

El era el padre de aquel bebé.

El me engañó.

Hoy era el día del festejo, no iría, pero, al parecer mi hermana, y aquel anónimo, pusieron en mi camino todo lo contrario, no, no puedo creerlo.

Sé que no es verdad.

Les demostraré lo equivocados que están.

Iré a la maldita fiesta, por un momento me pare a replicar internamente que patética deben ser sus vidas como para venir a molestar a la mia, ellos solo quieren arruinar mi matrimonio.

Ya estaba todo listo, estaba lista para demostrarles que yo tenía razón y ellos no.

Sé que él no pudo haberme engañado, y menos con esa mujer.

****

Al llegar saludo a la que supongo es la madre de Helen.

La señora Thompson, toma el regalo que traje, cuando mira quién soy, sus ojos demuestran un mar de confusión, y creo que un poco de pánico y tristeza.

No sé porque, talvez se enteró de todo, del incidente del instituto, lo que pasó con su hija.

—adelante—dice insegura.

—Gracias, y felicidades— respondo.

Camino hacia el interior de la casa, para pasar a la fiesta, y creo que llegue en el momento menos inesperado, ahí se encuentra ella, destapando una caja, todos los presentes aplauden y felicitan, ella traerá al mundo una niña.

Pero cuando me acerco para felicitarle, ahí se encuentra él.

La besa y pone a su lado.

La ira, la tristeza, el dolor, me invaden.

Y lo que único que puedo hacer es caminar hacia la salida, con la mirada vacía, me escabullo entre los invitados, chocó con algunos, al final, en la puerta se encuentra la Meredith, la madre de aquella mujer que me robó  lo que un día le daba sentido a mi vida.

Paso a su lado, no la miró, solo camino directo a la salida, pero ella me toma del brazo, me detengo, no la volteó a ver, no escucho lo que me dice.

Jalo con fuerza mi brazo, ella tomo mi camino, y lo único, lo único que logró escuchar es un lo siento.

Ellos tenían razón, el me engaña, y no solo eso.

El ya formó otra familia.

De camino a casa, me llegan fotos de él y esa.

Lágrimas bajan una y otra vez.

Me reprochó que patética soy, no fui capaz de la enfrentarle ahí, en medio de todos.

𝕰𝖑 𝖊𝖓𝖌𝖆ñ𝖔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora