11

22.9K 721 17
                                    

~Nunca estuve mejor~


La vida me a tratado mejor que a la mayoría.

Tengo una esposa.

Tengo un trabajo.

Soy alguien importante.

Pero...

Últimamente, hay algo que me ronda mi mente.

Es el día que la conocí.


Camino apresuradamente por la oficina, hoy me tocó quedarme más tarde de lo normal.

Ya que hoy llega mi mejor amigo, Enzo Martínez, compañero del consorcio.

Toc, toc.

Se escucha y por la puerta entra Susie, mi secretaria.

—Señor Valdez, el señor Martínez ha llegado, ¿Le hago pasar?—anuncia, y aciento— el señor viene acompañado.

Termina y sale de mi oficina.
¿Quién será la otra persona?

Escucho cuando entra, y mi vista pasa de los papeles en mis manos, hacia el frente.

Me quedo impactado.

Una joven hermosa acompaña a Enzo.

No puedo evitar seguir sus pasos con mi mirada, ella entra seguida de mi amigo.

—¡hermano!— saluda, y le devuelvo el saludo.

—Mira, te presento a la señorita Helen—ella se acerca y me besa la mejilla.

—Un gusto, señor  Valdez—sonrie.

Bueno creo que soy yo, o esa chica me mira un tanto coqueta, pero creo que será mi imaginación.

De pronto suena mi teléfono, es mi esposa, Marie, no le demuestro mucho, pero la amo, aunque es un poco, o un mucho estresante últimamente.

Bufo.

Odio que sea así.

Ya le dije que no me gusta que me llamen en mi trabajo.

Cuelgo y sonrió ante mi visita.

— ¿Y de que hablan?—entro en la plática.

—Platicábamos de la fiesta de esta noche ¿Vendrás?— pregunta Enzo.

—No creo, iré a casa con Marie— sonrió.

—¿Quién es Marie?—pregunta interesada.

—Mi esposa— contesto.

Hay algo en ella, algo que realmente me parece interesante, no se que es, me disgusta, y me gusta al mismo tiempo.

Sé que está mal, pero en verdad quiero descubrir lo que tanto me atrapó.

Lo único que no permitiría, es lastimar a Marie, la amo, o bueno eso creí hasta ahora, es mi única familia, y no quiero que salga lastimada por mis acciones.

No soportaria que ella me odiara, por aquel motivo, por ella.

Aunque no creo que sea problema sacarla de mi mente, digo, no es como si la fuera a ver diario.

𝕰𝖑 𝖊𝖓𝖌𝖆ñ𝖔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora