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Capitulo largó.

~ La otra cara~

Han pasado ya meses, mi relación con Marie está en tensión, mi sentimiento de culpabilidad por haberme metido con Helen y por haber tenido relaciones con Marie, me deje llevar ese día era mi cumpleaños y la pasamos juntos, todo ello ha hecho que me mantenga un poco distante con ella, justo hoy es nuestra cena de aniversario.

Las cosas eran tensas, por lo que he decidido, volver de mi viaje de negocios antes, para estar con ella esté día.

Por otro lado, mi situación con Helen.

La visito una vez a la semana, le llevo regalos para ella, o el bebé, ha decidido hacer un fiesta para anunciar que será, personalmente creo que no es buena idea, pues el doctor le ha dicho que mantenga reposo, y no ande de ahí a acá.

Su vientre es enorme, pero se ve muy hermosa a un así, de hecho creo que le resulta más.

Hay veces en que le llevo a cenar, claro lejos de la empresa, o algún lugar donde me reconozcan.

Paso el tiempo que puedo cerca, no lo suficiente, por lo que ella me ha dicho, pero en realidad, es que yo soy la mayoría del tiempo frío con todo el mundo, y algo inexpresivo, y eso a ella le sacan canas verdes.

Según sus propias palabras, soy muy antipático, y para nada cariñoso con el bebé, se escusa en que les llevo regalos solo para compensar eso.

Estaba por tomar un taxi, del aeropuerto a casa, puesto a que mi auto, lo deje allá, cuando una llamada telefónica entra.

Es Helen.

Cariño, necesito que vengas, es urgente, me duele mucho el vientre, no se que pasa—murmura con dificultad.

Voy para allá, tranquila—contesto.

—Solo, apúrate por favor, estoy muy asustada—solloza.

Cuelgo.

Helen no sabía que estaba fuera de la ciudad, ya que ella no ha ido a la empresa, pues solicito su licencia de maternidad, así que no supo que había estado fuera de la ciudad, agradezco infinitamente aver regresado hoy, no se que hubiese pasado.

Mis nervios aumentan, a medida que conduzco.















Al llegar al departamento de ella, y tomo la llave que me dió hace meses, por si ocurría alguna emergencia, y entro, buscando rastro de ella.

La encuentro en la habitación, su cara está asustada, se nota que a estado llorando, a su lado se encuentra su teléfono.

—Estaba, estaba tomando un baño cuando paso, me entró un dolor fuertísimo en el vientre—dice entre hipeos y sollozos.

La ayudo a terminar de vestirse y la tomo en brazos, debo llevarla al hospital.

—Tranquila, te llevaré al médico, solo trata de soportar el dolor, y mantente en calma—digo.










El doctor le ha dado de alta hasta la madrugada ya es muy tarde, le ha recomendado mucho más reposo, ya que no es normal esos dolores, el dijo que tiene cinco, por lo que me quedaré a cuidarle.

Vuelvo mi vista a mi celular, es otra llamada, Marie me ha estado llamando, y no le he contestado, creo que esta vez no será lo mismo.

—¿Quién es?—no reconocer el número.

—Amor, soy yo, Marie, ¿Donde estás?—me pregunto exasperante, y enojada.

—oh, Marie, lo siento, me quedé trabajando tarde, mañana tomo el primer avión—miento.

𝕰𝖑 𝖊𝖓𝖌𝖆ñ𝖔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora