Porque la adolescencia trae consigo miles de problemas.
Por suerte para Izuku siempre había alguien detrás de él, ya sea la bondadosa Uraraka, el explosivo Katsuki, la misteriosa figura de Tomura o los bicolores ojos de Todoroki.
𝔸𝕝𝕖𝕣𝕥𝕒:
•De...
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Problemas familiares.
Solo dos palabras y la mayoría de adolescentes sabe que es y como se siente.
Escucha a Inko llorar y a su padre alterarse, después a Inko alterarse y a su padre molestarse un poco más.
Toma sus cosas y la mochila que llevo para quedarse esos dos días y se sale.
Su padre grita y ordena que se quede, su madre que no le hable así y que su padre le habla, pero a él le da igual.
Ya afuera le manda un mensaje pidiéndole una disculpa a su mamá, pero que está cansado de verlos discutir y fingir que nada pasa cuando duele que las dos personas más importantes de su vida siempre discutan y no poder decir o hacer algo porque si no estaría metiéndose en un problema que no es suyo.
Mira a los lados, se siente perdido y sin ánimos de hacer algo, se suponía que sería un buen fin de semana pero las cosas no fueron así porque llego su padre y aunque al principio todo fue bueno, de repente Inko le pidió el dinero que le prestó y él comenzó a gritar que tenía mucho trabajo y muchas deudas, que no lo dejaba nunca en paz.
Cosas que después de muchos gritos por parte de su padre entendió que no eran de su incumbencia.
-¿Tu que? Siempre defendiendo a tu pobre mamita, no tienes un quirk y sin embargo siempre intentas defender a los débiles-
Aquellas palabras le recordaron a Bakugou, pero dolieron un poco mas que las del blondo por el simple hecho de venir de su padre.
El cariño que le tenia poco a poco disminuía, jamás lo dejaría de querer por que ante todo es su papá, pero sabe que no lo quiere como se debe querer a un padre.
Toma sus cosas y camina lejos de su casa sin un rumbo fijo.
Llega a una plaza y se pone a pensar en todo lo que ha ocurrido últimamente. Sonidos y bullicios se escuchan y su curiosidad es tanta que se acerca a donde está la gente.
Un señor está vendiendo boletos para alguna obra que será dentro de unos días, la siguiente semana en sábado por la noche.
Escucha decir que no se arrepentirán, que vale si precio en oro y ese tipo de comentarios son los que le obligan a comprar una entrada.
Porque tiene el presentimiento de que será una buena experiencia.
Le agradece y con su mochila en mano regresa a los dormitorios de la U.A.
Aizawa lo ve con el ceño ligeramente fruncido, le da curiosidad que Midoriya últimamente no esté yendo a su casa y la señora Inko no haya venido a preguntar el porqué.
Quizá luego hablaría con el, o le diría a Toshinori lo que ocurre con su pupilo.
Mientras tanto Izuku va con su maleta hacia su habitación, en el camino ve los cuartos de sus compañeros cerrados.
