Capítulo Catorce

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AVISO IMPORTANTE EN LA NOTA DE AUTORA AL FINAL DEL CAPITULO

Narra Kate

No podía dejar de sentir el hueco que se esparcía gracias al banco vacío a mi lado. Elle había faltado y estaría tranquila si supiera que fue por cansancio o alguna de esas excusas baratas que siempre encuentra para justificar sus faltas. Tristemente, sabía que era por otra cosa y eso era mucho más preocupante.

No sobrellevaba bien los cambios, seguro que estaba en negación. A pesar de eso, ni Luna ni yo habíamos lidiado bien con la situación. Había reaccionado mal, lo acepto, pero ¿qué esperaban? ¿Que lo asuma y ya?

Me mintieron.
Me engañaron.
Me tomaron de tonta.
No se los podía perdonar.

Lu por otra parte no se notaba enojada con su familia. Parecía descargar su ira en los chicos diciendo que habían venido a usurpar la poca paz que tenía. Estaba más dolida que otra cosa, pese a eso, fue la que mejor lo tomó de las tres.

Encendía mi celular cada dos minutos, lo que lograba que el tiempo pasara aún más lento. Queríamos hablar con Elle, pero aún no sabíamos si sus papás habían vuelto del hospital y si ya sabía la verdad. Me imagino lo desesperante que debe ser solo escuchar la mitad de la historia...

No podía concentrarme, veía cómo los labios de la profesora se movían mientras que, con tiza en mano, escribía y dibujaba cosas en el pizarrón. Aun así, el sonido de la clase había sido reemplazado por mis caóticos pensamientos. Sentía que mi cabeza estaba en llamas, era imposible pensar. Giré mi mirada y observé cómo Luna dormía y babeaba todo su banco. Se cubría el rostro con su cabello para disimular.

Me encorvé en mi asiento acercándome aún más a mi cuaderno. Comencé a dibujar imágenes que había visto en internet durante los últimos días... quizás así el tiempo correría más rápido. Encendí, involuntariamente, mi celular una vez más. Los números con suerte habían cambiado. Lo di vuelta para evitar encenderlo de nuevo, pero algo me retuvo. Un mensaje. Un mensaje de Theo.

A diferencia de Luna, yo no estaba enojada con él... sino con mis papás, los cuatro. Theo y el resto eran solo mensajeros. Estaban acá para hacer lo que les habían ordenado y no tenían muchas opciones que digamos. No conocía para nada este otro "mundo", pero al escuchar lo que Theo me había dicho debo aceptar que no me dio muchas ganas de conocerlo. Por mis papás... bueno, digamos que estoy cansada de que me mientan en la cara. Ya lo hicieron antes y me demostraron que no les importa volver a hacerlo. Sé que no tenían muchas opciones, pero... Dios, cuando vieron a los chicos en mi campeonato me mintieron en la cara sin pensarlo dos veces. ¿Qué clase de padres hacen eso? Con solo pensar en la cantidad de engaños que había sufrido de su parte sentía cómo la sangre corría hacia mi cara, enrojeciendo mis mejillas, y cómo mi pulso se aceleraba. Enojo, eso sentía.

Theo 10:45

Félix está en casa.
Seguro que Elena ya lo sabe.

Le había pedido que me avise en cuanto Elena sepa. Aparte de las chicas y, por más raro que suene, es uno de los únicos en los que puedo confiar ahora mismo. Si tengo que ser realista él me enseñó la verdad y me pidió disculpas por pretender que no me conocía las primeras veces que salimos. Según Theo, me hubiera contado todo antes si no fuera por Félix. Parece que él está al mando de la operación y es quien decide cuándo ejecutar las cosas.

Elena tenía razón, era un idiota.

Cuando Theo se presentó en mi casa tenía el labio levemente hinchado. Me contó que tuvo una pelea con Félix por cruzarse a mis padres en el campeonato. Estaba loco. No logro comprender cómo es que está al mando. Tomé mi celular, dispuesta a responderle, pero un mensaje más llegó antes de que lo desbloqueara:

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