Alone

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A | Alone

—Diálogos.

«»Pensamientos

WooYoung limpiaba los estantes de los libros que alguna vez había leído, se sentía orgulloso de su colección, y procuraba que el polvo o la humedad no estuviesen presentes porque odiaría que se arruinaran. Mientras sacude con un plumero dando los últimos toques, se da cuenta que hay un libro que no recuerda. Lo toma entre sus manos y observa la portada, hay un reloj de arena con forma de símbolo del infinito. WooYoung sonríe mientras ojea las paginas, se ha metido el plumero debajo del brazo, ya que él solo tiene curiosidad, sobre aquello.

—¿De dónde saliste? —Sonrió abriéndolo y leyendo sus primeras páginas—, Sannie otra vez me está dejando sorpresas, ¿Eh? —Escuchó como el timbre de la casa sonó, así que salió de la habitación para encaminarse a ver de quien se trataba—, ¿Nombres? Es como una crónica histórica. ¿Quiénes son estas personas? está casi lleno, me gustaría saber más.... Ah, ¡Ya voy!

WooYoung caminó hasta la puerta y sin dejar de leer tomó el picaporte y tiró de el, bastaron unos segundos para que el libro cayera pesadamente al suelo.

Unos minutos atrás.

Choi San maldijo por lo bajo mientras intentaba equilibrar esos pesados libros de algebra lineal que su novio le había pedido esa mañana. Su estúpido auto se había descompuesto y ha tenido que moverse todo el día en tren. Y, eso simplemente le jodió el día, estaba llegando dos horas tarde a casa. Caminó el trayecto desde el bordillo de la calle hasta la pequeña casa de madera pintada en rosa viejo.

Ya pasan de las siete de la noche, está agotadísimo, ha sido un día fastidioso. La luz de uno de los faroles parpadea intermitentemente, iluminando parcialmente el camino, a pesar de que lo ha reportado muchas veces, el farol aún no ha sido cambiado.

Pero, nada le podrá amargar la noche; su único deseo es lanzarse en los dulces brazos de WooYoung, y dejarse amar toda la noche por él.

Se apartó los mechones rojos de su frente con un soplido, le tapaba la visibilidad, ya necesitaba un corte de cabello demasiado urgente. En ese momento alguien choca contra su cuerpo haciendo que tire los cuatro libros que caen con un ruido sordo al suelo, gira su rostro de mala gana y sus ojos filados buscan al culpable.

Siente un escalofrío que le recorre toda la columna vertebral cuando se encuentra con esos fríos ojos que le ven a través de la oscuridad de su vestimenta, apenas puede verle el rostro oculto detrás de esa capucha gris; una especie de inhumanidad en él. San nota que sostiene algo entre las manos, parece ser un libro, con el símbolo del infinito en la tapa. El hombre lo oculta rápidamente contra su pecho, arruga el entrecejo y se aleja a toda prisa.

—Estúpido, al menos discúlpate. —Se quejó el pelirrojo.

Se inclina a recoger los libros de forma molesta y sigue su camino, a medida que se acerca a la casa que comparte con su novio, siente como se le corta la respiración cuando puede notar como la puerta está abierta de par en par, tira los libros al suelo y corre, a toda prisa, a traviesa el umbral y se adentra gritando el nombre de WooYoung, mira como la casa está hecha un desastre, como si una gran pelea se hubiese desatado.

Y, es cuando lo mira, tirado en el suelo, puede ver su respiración irregular por medio de sube y baja de su pecho. San corretea al lado del castaño, lo gira lentamente para acomodarlo boca arriba, WooYoung le mira está conmocionado, abre la boca con un gesto de exclamación, pero no puede hablar, la sangre se le escurre a borbotones de la herida. San se mueve y lleva su mano derecha a la enorme herida que tiene su novio en el cuello, mientras marca el número de emergencia con su otra mano y coloca el altavoz.

Unforgiven☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora