Fall

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F | Fall

—Diálogos.

«»Pensamientos

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MinGi estaba sentado debajo de un gran y solitario árbol, disfrutando como los rayos del sol se colaban a través de las ramas dibujando divertidas figuras, bajó el rostro y miró el gran escampado a su alrededor, el viento movía sus cabellos, se sentía relajado, esos lugares solitarios en la tierra le traían tanta paz.

Sonrió con melancolía mientras levantaba la mano y creaba un halo alrededor del sol, para llamarle, quería verle un momento, tenía una sorpresa especial para YunHo. Y, tal como lo predijo el precioso ángel apareció a la distancia, odiaba a ratos que él le revolviera las emociones de esa manera, se levantó enseguida cuando él se detuvo muy cerca, con una sonrisa sobre su bello rostro.

—Eso fue rápido. —Le miró atentamente, su espalda pegada al tronco del árbol.

—Iré a donde sea que me llames. —YunHo sonrió.

—Hm-hm... —Murmuró—, es un lugar bonito, ¿no?

—Nah, es un lugar como cualquiera... —Le guiñó un ojo—, en tu rostro encuentro la única belleza que necesito contemplar.

—No digas esas cosas tan desvergonzadas.

—Te has sonrojado. —Se le fue encima arrinconándole contra el árbol, sus manos sobre los hombros del platinado y sus rostros demasiado cerca—, Gigi...

—Yuyu... —Susurró nervioso cuando esa boca estaba a menos de un centímetro de la suya, podía sentir su aliento, y casi ahogarse en esos profundos ojos que le contemplaban como si no existiese nada más—, no quiero verte lastimado, ese rayo duele mucho.

—Vale la pena mi amor... —Cerró sus ojos y se mantuvo allí, simplemente disfrutando del viento agitar sus cabellos y de la cercanía del ser que más amaba—, por favor, no me detengas...

—El rayo...

—Hablo de la cosecha... —Abrió los ojos y se volvieron a ver—, ¿Dónde has puesto las almas de Kang YeoSang y Kim Matthew?

—¿Qué? —Le miró incrédulo—, pensé que las tenías tú, yo no tengo nada que ver, no están en mi plano astral.

—Dices la verdad. —YunHo se separa un poco, parece meditar el asunto, mira hacia la nada como queriendo buscar una explicación—, no puede ser, fue él, JongHo.

—¿El emisario de Serafín? —MinGi caminó hasta él y le tomó por los hombros—, si él está recolectándolas, quiere decir que ya hay sospechas sobre ti.

—¿No es emocionante? —Sonrió apresándole por la cintura para atraerlo a su cuerpo—, la cuenta regresiva ha comenzado, ya quiero vivir mi eternidad junto a ti.

—No nos va a dejar... —Murmuró dejándose abrazar, llevó sus manos a los antebrazos cubiertos por la ropa—, YunHo...

—Sabes que no me detendré, no insistas.

—Escucha... —Susurró acercando su rostro al de él.

—Vas a lastimarte, deja que yo te busque...

—Cierra los ojos...

—¿Qué tramas Gigi? —Le miró curioso.

MinGi tiró de su ropa hasta que sus cuerpos estuvieron muy juntos, el ángel de la muerte sonrió, ante la cercanía repentina, confiaba plenamente en el platinado.

—Aquí... —Levantó una mano y la posó en la mejilla de YunHo.

El pelinegro esperó la descarga electrizante golpear su cuerpo duramente, pero nada de eso pasó, miró asustado a MinGi que soltó una risita al ver esa expresión de desconcierto.

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