DANGER: New Battle |Edward Cullen|

01: Prince of Canada

Hace aproximadamente cuatro años atrás.

Elizabeth se había alejado de Forks, Washington hace alrededor de 6 meses.

No había tenido más contacto con la mayoría de las personas que había conocido, entre ellos el Clan Cullen's.

Sus deberes habían cambiado y todo su mundo se había transformado, ahora muy apenas tenía tiempo para ella misma.

Ser la princesa y futura reina del mundo vampirico requería mucho tiempo.

Iba desde visitar los sub-reinos, a los clanes, vampiros solitarios e incluso a los que estaban escondidos entre la sobras con temor de que Aro les hiciera daño.

Tenía que llevar el mensaje de que todo estaba bien y Volterra era un lugar a salvo para los de su especie.

Justo en este momento estaban entrando al Castillo Frontenac en Quebec, Canadá.

El Clan Canadiense era uno de los que estaban en su lista y no tenía la menor idea de que ellos existían.

Subió el par de escalones mientras los vampiros a su alrededor hacían reverencia, aquel acto a la castaña le colmaba la paciencia.

-Sandra y Dean Bouchard.-los presentó su madre.-Son reyes de Canadá.-los saludo.

Beth sonrió levemente haciendo el mismo gesto que su madre a la hora de saludar.

-Es un gusto conocer a la futura reina de Volterra.-se inclino Sandra.-Eres nuestra salvadora.-

La castaña asintió con incomodidad, le costaba mantenerse en pie y no desaparecer, había visto el mismo acto, las mismas palabras en por lo menos cinco reinos anteriores.

-Madre, la estas incomodando.-

Una voz externa a ellos llegó a sus oídos, un chico rubio y alto apareció por el pasillo, tenía puesto un traje negro con el saco color blanco.

-Lo siento, linda.-se disculpo la reina.

-Quiero presentarles a nuestro primogénito.-anunció el rey.-Es próximo heredero al trono.-

El rubio, sostuvo la mano de Elizabeth dejando un suave beso frío en el dorso de la mano derecha de la castaña.

-Dean Alexander Bouchard.-se presentó.-Es un gusto conocerla princesa.-

-Lo mismo digo.-acotó Beth.

Ella sólo quería pasar, estar un momento en el evento que habían organizado por su visita y regresar a Volterra sólo para preparase y hacer lo siguiente que tocaba.

Y como si sus plegarías fueran escuchadas, caminaron todos al salón.

...

Las decoraciones del lugar, eran ostentosas, habían pinturas enormes de ellos en la pared junto a un mensaje escrito en una cuadro de oro que no quiso leer.

Siguió caminando por el pasillo que estaba junto al salón, la música de la orquesta se podía escuchar más baja.

-Supongo que estas aburrida.-la voz de Alexander se hizo notar.-Entiendo totalmente esto, créeme yo igual hago todo lo posible por evitar estos eventos, incluso estar en casa.-

La castaña giro para verlo, sus ojos estaban algo dorados.-Entonces, ¿porqué estas aquí?.-

El rubio sonrió con nerviosismo, sus manos estaban dentro de su pantalón de vestir.

-Por que anhelaba conocerte.-admitió.-Eres una inspiración para nuestra raza y claro he leído sobre ti en libros, eres una famosa leyenda que se a vuelto realidad...-