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Si bien a algunos de la familia, la noticia de
Felix les cayo por sorpresa, no hubo nadie
que se opusiera.

Pasaron el resto del día festejando felices el
cumpleaños, hasta que llego la noche y todos
tuvieron que irse.

Comenzó a llover fuertemente y en las
noticias de la televisión anunciaban que se
aproximaba una tormenta.

– Señora, no hace falta que se preocupe
tanto, tomaré un taxi. — Le decía Changbin a
la madre de Felix.

– No, no, no. Esta horrible allí afuera, no
puedo arriesgarme a que te suceda algo,
puedes quedarte aquí esta noche.

– Ella tiene razón, no te preocupes. Tenemos
una habitación de huéspedes, ahí se quedaba
Jisung cuando venía. — Insistía el padre
del menor.

– Esta bien, me quedaré, prometo no causar
ninguna molestia. — Aceptó sonriendo.

- ¡No lo haces! Pídele a Felix que te diga
donde están sus pijamas, toma el que más te
guste, ¿de acuerdo? Sientete como en casa.

El profesor asintió mientras iba escaleras
arriba y se dirigía hacia la habitación de su
novio.

En cuanto abrió la puerta, fue recibido por
una tierna imagen de Felix durmiendo
cómodamente en su cama.

No le sorprendía, el día seguramente fue
agotador para él, al menos para lo que esta
acostumbrado.

– Te ves lindo durmiendo. – Murmuró
sentándose a su lado, y acariciándole el
cabello.

El menor se movió un poco, pero siguió
descansando.

Changbin no se resistió, y se acomodó a su
lado, pasando uno de sus brazos alrededor de
la cintura del contrario.

Comenzó a repartir pequeños besos en su
nuca y cuello, causando que su novio fuera
despertando poco a poco.

– Me haces cosquillas, detente. — Le pidio
con voz somnolienta.

– Obligame. — Susurró en su oído, sin
detener sus besos.

Felix reía mientras se dio la vuelta para
tenerlo cara a cara, y darle un beso en los
labios.

– Te amo. — Le dijo sonriendo.

– Yo te amo más, Lix.

Pasaron los siguientes minutos abrazados,
totalmente ajenos a todo el mundo que los
rodeaba, sólo concentrándose en ellos.

– No quiero ir a la habitación de huéspedes,
dime que me puedo quedar aquí. — Susurró
el mayor afirmándose más fuerte a la cintura
de su novio.

– Puedes quedarte aquí, pero al menos ponte
un pijama, toma el que quieras de mi
armario.

Con mucho pesar, Changbin tuvo que alejarse
de Felix, para ir hasta donde le indico y
buscar algo que ponerse.

– Me gusta este que tienes aquí, el de
conejitos. — Comentó tomándolo en sus
manos, mientras reía.

- ¿Conejitos? — Cuestionó Felix. —
Maldición, le dije a mi madre que no quería
de esos, ¡Se aprovecha de mi ceguera para
humillarme!

Changbin sólo rió mientras tomaba la ropa y
comenzaba a desvestirse.

- ¿Te estás quitando la ropa? — Le preguntó
el menor.

– Pues si. – Respondió una vez que ya se
habia quitado su camiseta. — ¿como quieres
que me ponga el pijama si no?

Felix no dijo nada y simplemente se acomodo
de costado, dándole la espalda al contrario.

BLIND LOVE [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora