¿Quién es el padre?

Ayuda femenina

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6to mes.

-¡Bakugou se está robando la atención de las chicas!- fue el quejido bajo que soltó Mineta, permanecía alejado del puesto del rubio, en una esquina junto al resto de los chicos.

-Pues no lo culpo, a las mujeres parece gustarles el bebé... aunque aún no nazca- eran comienzos del sexto mes del pelicenizo y la barriga que antes ni se percibía ahora se notaba con el uniforme, aunque seguía siendo pequeña comparado a como se vería en alguna otra mujer.

-Y no sólo a las chicas, Kirishima también está muy atento y apegado al embarazado Bakugou-

-Siempre han sido muy unidos, hasta podrían llegar a ser pareja- Kaminari lo mencionó a modo de broma, la mayoría río ante el comentario pero a la vez afirmaron que no se verían mal juntos; a excepción de un peliverde que se mantuvo callado mirando donde "Kacchan" seguía sentado.

-¡Volvió a patear!, ¡que lindo!- hasta ese punto ya se había acostumbrado a tener a las muchachas como moscas alrededor suyo —lo sacaban de quicio si se ponían muy pesadas obviamente— pero las dejó ser, ya eran consideradas parte de su rutina.

-¿Bakugou-kun, ya sabes qué será?- como siempre Uraraka empezaba con las preguntas, junto a Mina eran las más emocionadas por cualquier nimiedad que hiciera/o se debiera al bebé.

-¡Imaginen que sea una adorable niña!- la pelirosa se apresuró en responder lo que su fantasía quería. -¡Yo quiero ser su tía!-

-O puede ser un pequeño varón, kero-

-Iré a realizarme una ecografía morfológica esta tarde- tenía agendada una cita con el sonografista de ultrasonido, en un principio contaría con la compañía de sus progenitores, hasta que cierta persona decidió apuntarse.

-¡Y yo lo acompañaré!- sonrió orgulloso abrazando al rubio por los hombros, no necesitó insistir tanto como otras veces para obtener una afirmación. En palabras de Bakugou él era "un maldito desesperado impaciente" pero también quería ir para brindarle compañía y apoyo, sabía que el rubio se pondría nervioso y él sería su calmante.

Las clases continuaron y culminaron normales —en palabras más realistas, sumamente aburridas— pero ser héroes también implicaba conocimiento y no sólo "fuerza bruta y lanzarse al enemigo", por lo que no les quedaba de otra que atender y estudiar.

Se encontraban en la sala de espera, atentos al llamado para pasar al consultorio. Tal y como lo predijo Kirishima pudo observar por el rabillo del ojo las manos temblorosas del blondo, posó las suyas sobre éstas discretamente alegando que "hacía frío" para no molestar a su compañero, sonrió internamente que haya sido aceptado sin reclamos.

-¿Cuánta mierda tengo que seguir esperando?- sus palabras fueron escuchadas y la puerta del despacho fue abierta, saliendo el médico mencionando su apellido para permitirle el pase.