|𝟏𝟓| ➟ 𝐄𝐬 𝐒𝐨𝐥𝐨 𝐔𝐧𝐚 𝐀𝐦𝐢𝐠𝐚 𝟏/𝟐。

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Estábamos a un movimiento de vencer la distancia entre nuestros labios, a un segundo de que yo cayera por el borde de su mirada, a un suspiro de perder el control.

Ya no tenía el dominio de mis propios pensamientos, ni de mi cuerpo, ni de nada en absoluto, yo era un jodido títere cuyos hilos se enredaban entre sus dedos.

- ¿Qué te pareció? -preguntó soltando mi mejilla y apartándose un poco.

Su expresión no había cambiado y aun podía oler su perfume pero entendí que ya estaba muy lejos. Y el frio de su distanciamiento me heló los huesos.

-Me ha gustado. Pero no conozco mucho de poesía así que no puedo darle una opinión inteligente -mi voz suena alterada, pero trato de controlarme.

-Lo sabrás, yo te voy a enseñar, después de todo soy tu profesora -lo dijo acompañada por esa sonrisita suya que me ponía como un cubito de hielo en el infierno.

-La poesía no es mi fuerte, me cuesta mucho entenderle.

-No tienes que entenderla, tienes que sentirla, vivirla con tanta intensidad que al escuchar un verso tu piel entera ardera consumida por las pasiones del autor.

Me quedé boquiabierta, mirándola como una idiota. Esta vez sus ojos no me torturaron, ni me encadenaron, en ese momento estar bajo su mirada se sintió como una suave caricia.

-Me gustaría experimentar eso -confieso.

-Ya verás que un día la vida misma te va a encarnar un poema tan hondo que sentirás que tú lo has escrito -murmuró poniéndose seria pero con la mirada iluminada- ¿Nos vamos a comer?

Registré el libro para llevármelo antes de salir.

En el colegio sólo quedaban unos cuantos chicos jugando y una pareja despidiéndose acaloradamente lo cual me hizo recordar cuan cerca había estado de besar a mi profesora.

El recuerdo coloreó mis mejillas. Realmente desearía tener poderes telepáticos y conocer lo que ella pensaba con respecto al suceso.

Me abrió la puerta del auto y condujo en silencio hasta un pequeño restaurante bastante rustico a unos 15 minutos.

El sitio estaba lleno de gente pero fuimos recibidas por una chica castaña de ojos color miel que le dio un fuerte abrazo y un sonoro beso en la mejilla a mi maestra de literatura y no tardó más de dos minutos en prepararnos una mesa.

-Yeonnie me encanta tenerte aquí.

Jaló una silla para sentarse en nuestra mesa exageradamente cerca de mi acompañante.

-Es un gusto verte Nayeon -respondió muy seria.

- ¿Cómo te ha ido? -preguntó mirándola como si no hubiera nada más interesante en el mundo que la mujer rubia frente a ella- realmente me molesta que desaparezcas así como así.

-Mi madre enfermó, tuve que viajar.

En la pared estaba colgada la horrible pintura de una montaña que recibía más atención que yo en ese momento.

-Te he extrañado mucho guapa -comentó la mesera con ternura.

"Estúpida, ponte a trabajar y déjanos en paz"_ pensé dedicándole una mirada asesina de la que ella ni se percató.

Mi maestra se limitó a sonreírle.

-Podemos quedar cuando terminé mi turno -insistió.

Tosí.

Ambas se giraron hacia mí.

-No sé si pueda...

Comentó la profesora Yoo mirando de nuevo a su amiguita.

-Entiendo si tienes otros planes -comentó la castaña tonta.

-Nada de eso, tengo mucho trabajo pero yo te llamo en un rato, vale - suspiró y de nuevo puso sus ojos en mí- Ahora queremos almorzar, si no te importa.

La chica se fue dejando tras ella un incómodo silencio.

Miré el menú. No tenía hambre, ni ganas de hablar con la profesora, ni ganas de estar en un sitio rodeada de gente. Un horrible pensamiento cruzó mi mente diciéndome que Jeongyeon preferiría tener frente a ella a su amiga y no a su tonta alumna.

Me sentía furiosa, de esa furia que sólo se va cuando rompes algo, por ejemplo: la bonita cara de la mesera.

- ¿Qué van a ordenar?

La tonta regresó con su vocecita chillona y una risita estúpida en la cara.

- ¿Mina?

Dudé.

-No tengo mucha hambre -comenté mientras apretaba los puños- sólo quiero un refresco.

La profesora me dedicó una mirada desaprobatoria e ignorando por completo lo que había dicho ella se otorgó el derecho de ordenar por las dos.

-No tengo hambre -dije de nuevo cuando la castaña se fue.

-Ya había escuchado eso -ella recargó los brazos sobre la mesa y se inclinó hacia mí- Mina tu aceptaste almorzar conmigo, y ahora te niegas a comer... eso me hace pensar que te arrepientes de estar aquí.

-No -suelto de inmediato- sólo que me siento un poco mal.

Suspiró y me miró fijamente. Concentré mi atención en el cuadro que adornaba la pared a sus espaldas.

- ¿Pintas solo por hobby o es algo serio?

Fue tan repentino el cambió de tema que yo miré a todos lados con la sensación de que la pregunta había sido formulada por alguien más.

- ¿Qué?

- ¿Pintas solo por hobby o es algo serio? -repite impaciente.

-De momento es solo un hobby, pero realmente creo que me gustaría hacerlo de manera profesional -me encogí de hombros- no quiero decidir eso aún; pero, ¿Cómo lo supo?

-Ya te había comentado sobre mis habilidades en el campo de la grafología.

-Lo recuerdo y dijo que sabía mucho sobre mí...

-Así es.

La miro interrogante.

- ¿Qué tan buena es?

En ese momento se aparece la tal Nayeon con la comida, pero Jeongyeon la ignora.

-Eso me lo respondes tú, después de que hayas oído mis observaciones en tu escritura.

-Bien, impresióneme.

Ella me dedicó esa sonrisita que tanto me acaloraba.



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Les regalo otro capítulo más aunque la maratón ya acabó, porqué si :u

Amenme:333

Amenme:333

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𝗜𝗳 𝗬𝗼𝘂 𝗪𝗲𝗿𝗲 𝗠𝗶𝗻𝗲 ✧ 𝐉𝐞𝐨𝐧𝐠𝐌𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora