— ¿Es una daga esto que veo ante mí con la empuñadura hacia mi mano? Ven, déjame tomarte. No te tengo y aun así te estoy viendo. Visión fatal, ¿acaso no eres tan perceptible al tacto como a la vista? ¿O no eres más que una daga del sueño, una falsa invención producto de una mente febril?
Se pasea entre las hileras de escritorios con un libro abierto en las manos. Lee, pero he notado que muchas veces se queda mirando a sus alumnos sin dejar de hablar, por lo tanto estoy convencida de que aquel texto lo conoce de
memoria.Este día ha hecho lo que mejor le sale. Fingir que nada pasó.
Ella me confunde al punto de enloquecerme.
La sombra de un beso que nunca llegó aún está adherida en mis labios... y sabe a deseo.
Suspiro y desvío mis ojos. De nuevo, sin darme cuenta, me había quedado mirándola hipnotizada, tengo que aprender a controlarme o todos se darán cuenta de eso que yo misma me he negado a admitir.
El tiempo que dura la clase es ridículamente corto.
Guardo mis cosas despacio, cuando me llevo la mochila a los hombros todos se han marchado.
La profesora Yoo está en el pizarrón borrando las anotaciones de la clase, no puedo creer lo cerca que estuve de ella, incluso que cuesta creer que sea real. Dios, es demasiado perfecta.
Se gira y por un segundo mi presencia la perturba, así como ella hace conmigo tan a menudo.
— ¿Desea? —pregunta alzando la ceja y con un tonito despectivo.
A usted.
Respiro profundo.
—Me gustaría saber cómo quedamos —digo titubeante.
Me mira como si fuera una tonta, mientras mi ser se debate entre golpearla o besarla.
Gira sus ojos hacia la puerta que permanece abierta.
—Hablaré con usted después.
Entiendo su preocupación y también volteo a ver la salida, algunos alumnos cruzan veloces el pasillo para llegar a tiempo a sus respectivas clases.
—Nadie va a venir...
Me muevo despacio hacia ella.
—Hablaré con usted después.
—Nadie va a venir —repito cada vez más cerca.
—Señorita Myoui por favor, salga de aquí.
Me mira fijamente. En sus ojos hay nervios, preocupación, deseo, incluso miedo... pero ninguna emoción que sea acorde a sus palabras, no hay nada en su mirada pidiéndome que la deje, así que no lo haré.
De nuevo sus ojos van hasta la puerta, el pasillo ya está casi desierto. Es muy temprano para que la energía de los alumnos se propague afuera de las aulas.
—Nadie va a venir —y lo repito una y otra vez porque sé que eso es lo que ella necesita escuchar.
De nuevo nuestros ojos hacen contacto.
— ¿Qué quieres Mina? —susurra, porque no hace falta más que eso para que yo la escuche. Estamos demasiado cerca una de la otra.
A usted.
Una vez más ahogo mis pensamientos.
—Ya le dije que quiero saber cómo quedamos. Si nos vamos a ignorar, o si vamos a seguir siendo...
¿Qué éramos? Una alumna y su profesora almorzando, coqueteando, viéndose a escondidas, forcejeando... apunto de besarse... ¿Con que palabra se explica todo eso?
— ¿Seguir siendo qué con exactitud?
Su mirada me reta. Me acorrala. De pronto me siento pequeña. Ella ha tomado el control de nuevo y siempre que lo hace un muro aparece entre nosotras.
Me encojo de hombros.
—Amigas...
Pone los ojos en blanco.
Allí estaba, el puto muro.
—Usted y yo no somos amigas...
—Tiene razón —la interrumpo— considerando que el sábado estuvo a punto de besarme y luego salió huyendo, creo que hay que buscar una palabra más adecuada...
Los papeles se invirtieron, ahora era ella la corralada.
—Mina, siento que te diera esa impresión, forcejeamos un poco y eso es todo lo que pasó...
— ¿Trata de decirme que aluciné? ¿Eso mismo se dijo usted todo el fin de semana?
—Señorita Myoui...
Bajo la vista, no soy tan fuerte para seguir, para ganarle en su juego. Si continuo presionándola pronto me quedaré sin nada.
Me muevo dispuesta a alejarme de ella cuando siento que su mano atrapa mi brazo y con brusquedad me obliga a mirarla.
— ¿Ahora quien huye? —dice en un susurro.
La oscuridad de su mirada encadenando mi alma, sus manos suaves y frías enredándose en mi cintura, su pecho subiendo y bajando al mismo ritmo acelerado que el mío.
Ese era el infierno. Porque ninguna de las emociones que se estaban despertando en mi podían ser dignas del paraíso.
Nunca la había visto fumar pero mezclado son su perfume había un ligero aroma a tabaco. Cerré los ojos y aspiré la deliciosa fragancia de su cercanía, completamente embrujada por ella. Si antes creía que ella era la dueña de mi
muñeco vudú ahora estaba segura, yo haría cualquier cosa que Hirai Momo me pidiera.La distancia nos estorbaba, estábamos lejos de dar un paso atrás, habíamos cruzado un punto sin retorno y yo no podía esperar. Un sólo movimiento fue suficiente para travesar los universos que había entre nuestros labios. Ni
siquiera sé quién había gemido al sentir el primer roce. Sólo sé que aquel beso nos había hecho tanta falta como el agua para quien muere de sed.Sus manos me sostuvieron de la cadera con fuerza y tiraron de mi cuerpo para acercarlo más. Al mismo tiempo que su lengua experta se adentraba en mi boca.
Cada segundo que pasaba sobre sus labios me alejaba más de la cordura y ella parecía tan ansiosa como yo, pero se detuvo repentinamente y sus ojos fueron hasta la puerta.
—Aquí no —susurró sin soltarme.
Mis manos acariciaron su mejilla y con suavidad la hice girar para depositar otro beso sobre sus labios.
— Mina... por favor...— implora sobre mi boca— Hablemos luego...
— ¿Hablar de qué? —Pregunto con suavidad— dirá que alucine de nuevo.
Se pone muy seria.
—No esta vez. Pero por favor sal de aquí...
Se aleja pero la tomo de las manos.
— ¿Cuándo es luego?
—Entra a clases, y en cuanto termines me buscas...
De nuevo camino hasta ella para besarla pero una voz me detiene como si hubiesen puesto una pared invisible en mi camino.
—Mina.
Ambas giramos hacia la puerta.
Allí está ella.
La conozco tan bien que casi puedo ver el veneno burbujeando en su interior.
—Sana —mi voz suena rara.
Camino hacia mi amiga sintiendo que me va a dar un ataque. Crucé la línea, su mirada recriminatoria me lo dice a gritos.
—La profesora de Historia te está buscando.
Mira por encima de mi hombro, hacia la profesora Yoo. Comienzo a caminar lejos del aula para hacer que Sana me siga, bastante nerviosa debe estar Jeongyeon para todavía aguantarse a mi amiga.
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𝗜𝗳 𝗬𝗼𝘂 𝗪𝗲𝗿𝗲 𝗠𝗶𝗻𝗲 ✧ 𝐉𝐞𝐨𝐧𝐠𝐌𝐢
Teen Fiction˗ˏˋ 𝕵𝖊𝖔𝖓𝖌𝕸𝖎ˎˊ˗ ↳ ❝ Cuando Myoui Mina cruzó la puerta del salón de literatura no se imaginó que ese era el inicio de una importante historia. No se imaginó que estaba a punto de enamorarse, ni siquiera alcanzó a sospechar que pr...