|𝐎𝟔| ➟ 𝐄𝐥 𝐏𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫 𝐈𝐧𝐝𝐢𝐜𝐢𝐨 𝟐/𝟐。

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—Jack, te están llamando...

—Dicen que hay una vieja bruja dándote problemas.

Siento el color rojo trepar por mi mejillas.

La profesora Yoo carraspea.

—Largo de aquí Jackson.

Cuando parece que estoy convenciendo a mi amigo de que se marche mi profesora de literatura dice:

— ¿No me vas a presentar a tu amigo?

La sangre en mis venas se congela. "Trágame tierra" pienso suplicante.

—Hummm Jack... ella es... —cuando volteo a ver sus ojos oscuros me cortan el aliento, continuo casi sin voz— la profesora Yoo Jeongyeon.

Ella extiende su mano y mi amigo la saluda desconcertado por la repentina tensión que impera entre nosotras.

—Un placer Jackson —murmura mi profesora con un tonito bastante agrio.

—Igualmente. Voy a... voy a mi trabajo...

"¿Ya estarás contento? Me has metido en un lío, pedazo de bestia" le digo todo esto con una mirada.

En cuanto él se va vuelvo a ocupar mi lugar y finjo beber la soda que me queda mientras pienso como disculparme.

Yoo me mira fijamente.

—El segundo día y ya soy la vieja bruja que te da problemas —no puedo interpretar los sentimientos detrás de su susurro— creo que acabo de establecer un record.

—Yo nunca dije eso...

—También escuché la conversación... fue tu amiga quien lo dijo.

Niego con la cabeza.

—Jackson es un borde, fijo lo inventó todo... Sana no suele expresarse de esa manera... —miento— Igual lamento mucho que haya escuchado todo eso, quiero que sepa que lo del ensayo fue justo y por ningún motivo usted me ha fastidiado.

—Tranquila que no te volveré a castigar por lo que ha pasado aquí... no estamos dentro de mis dominios.

Hay algo raro en ella.

Paga la cuenta siendo de nuevo bastante amable con la mesera. Y en el camino me pide un par de indicaciones para llegar hasta mi casa.

Cuando el auto se detiene no salgo de inmediato.

—Gracias por el almuerzo —murmuro.

Ella no agrega nada.

—Y de nuevo disculpe por lo que dijeron de usted...

— ¿Siempre tienes esa costumbre? —pregunta en voz baja y pensativa.

La miro extrañada.

— ¿qué costumbre?

—Disculparte por cosas que tú no hiciste.

No sé cómo responder a eso. Ella es demasiado directa y yo demasiado tímida para que entre nosotras puedan fluir con normalidad ese tipo de
conversaciones.

— ¿Sabes que me molesta? —Pregunta derrumbando el incómodo silencio dentro del auto. Volteo a verla. Es un suplicio pero me dejo atrapar por sus ojos —No le dijiste a tu amigo que estaba equivocado.

Algo se hace añicos en mi interior.

Estoy furiosa conmigo.

(...)

—¡Me plantaste! —gritó Sana cuando entré a la cocina.

A veces olvidaba que ella tenía una copia de la llave y la mala costumbre de entrar cuando menos lo esperaba para darme sustos de muerte.

Trato de entender de qué rayos está hablando pero mi mente permanece en blanco.

—¿Qué te ocurre?

—¿¡Esa era Yoo Jeongyeon!?

—¿Qué haces aquí?

—¿Dónde te metiste toda la tarde?

Nos gritábamos en medio de la cocina como una matrimonio disfuncional, y Nala comía de una lata de atún en medio de las dos ignorando por completo la riña.

—Mina respóndeme.

—Mejor dime tú ¿qué haces aquí?

Abre los ojos como platos.

—Lo olvidaste.

Su mirada de desilusión me recuerda la invitación a almorzar en su casa.

—¡Joder! Sana lo lamento, fue un día muy... raro, loco... se me pasó...

—Estuve retrasando el almuerzo y te mande una docena de mensaje.

—Lo lamento.

—¿Era Yoo Jeongyeon? —cambia la conversación bruscamente.

—Si... me dio un aventón —miento.

—¿Cómo te metes al carro de esa loca? ¡Es tu profesora!

—Por Dios Sana, solo me trajo un par de calles y tú lo has dicho, es mi profesora... no una secuestradora, ni traficante de órganos...

—Pues tiene la pinta.

—No la conoces.

—Tu tampoco.

—Y por eso no ando por ahí hablando mal de ella. Ni siquiera te tocó hacer el ensayo porque respondiste bien... si quieres seguir así ponte a estudiar y a leer y verás cómo se llevan bomba.

— ¿Así como tú?

Pongo los ojos en blanco.

—Sabes que hablamos mañana.

Doy media vuelta y camino hacia mi habitación dejándola sola en medio de la cocina.

De nuevo el dolor de cabeza y el mareo habían regresado. Me dejo caer sobre la cama y cierro los ojos.

—Yo no esperaba que Jackson dijera eso —murmuré agachando la cabeza— no supe reaccionar.

Ella suspira.

—No me importa que hablen mal de mí. Estoy muy acostumbrada a ello.

—Voy a aclarar las cosas con Jackson y con Sana... usted solo está haciendo su trabajo, y bastante bien a mi parecer.

Sonríe, una sonrisa triste y hermosa. Traté de grabar ese gesto en mi memoria, necesitaba dibujar a esa mujer así, tal como estaba en ese momento, mostrando la vanidosa belleza de un dolor pequeño y silencioso.

—Me ha encantado almorzar contigo. Qué tengas un buen día Mina.

Mi nombre jamás fue tan bonito como cuando ella lo pronunció.

Pese a que dormí toda mañana el sueño me atrapo en ese momento y mi último pensamiento fue directo hasta ella. ¿Habrá alguien esperándola en casa?

𝗜𝗳 𝗬𝗼𝘂 𝗪𝗲𝗿𝗲 𝗠𝗶𝗻𝗲 ✧ 𝐉𝐞𝐨𝐧𝐠𝐌𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora