✯EddTord✯

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❝𝐏𝐫𝐨𝐦𝐢𝐬𝐞 𝐦𝐞❞

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❝𝐏𝐫𝐨𝐦𝐢𝐬𝐞 𝐦𝐞❞

Sus promesas eran tan delicadas e infantiles dirían algunos, pero ambos sabían algo, esas promesas eran lo único que tenían, para poder seguir estando al lado del otro.

Daba igual ahora, una pequeña disputa trajo todo abajo, ambos eran consolados por sus amigos; los cuales estaban enterados de aquella promesa que ya tenía unos cuantos años de haber sido hecha. Sus pequeñas manos temblorosas demostraban todo el arrepentimiento de aquellas palabras de muerte que había gritado, pidiendo a gritos que quería pedir perdón pero rápidamente era callado por su orgullo.

Las frías calles de la ciudad estaban algo desoladas, apenas unas cuantas personas estaban ahí, solo había salido porque su cuerpo pedía a gritos aquellos cigarrillos, había entrado a la tienda de siempre, el chico que atendía el mostrador agarraba las cosas que siempre pedía el noruego. Le dió una pequeña mirada a aquel chico, el cual no se veía nada bien. Todo transcurrió normal, el pagó sus cosas y se despidieron como si fueran amigos de toda la vida.

Saliendo de ahí se fue a su departamento, siendo recibido por un pequeño perro pomerania, con sus pequeños ladridos que expresaban alegría; el de cuernos sonrió con ternura, guardando los cigarrillos en el bolso de su sudadera, para así cargar con suavidad al canino que simplemente estaba demasiado feliz.

Al menos alguien le recibía en casa.

Tal vez ya eran unos cuantos días desde aquella pelea, vaya, la ciudad es demasiado pequeña, ¿no es así? Las incontables veces que lo veía pasear con aquellos dos chicos, uno de cabello anaranjado y otro de cuencas

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Tal vez ya eran unos cuantos días desde aquella pelea, vaya, la ciudad es demasiado pequeña, ¿no es así? Las incontables veces que lo veía pasear con aquellos dos chicos, uno de cabello anaranjado y otro de cuencas. Parecían demasiado unidos, en tan pocos días.

Pero él no tenía que pensar en eso, ¿verdad?

Daba igual él en este momento estaba en su casa a altas horas de la noche, para ser exactos a las 4 de la mañana, preparándose un té de canela, el cual, según él iba a arrullarle para ya poder dormir. Un bostezó cortó el silencio de la cocina, sus ojos estaban cansados y no tenía más energía, pero su cuerpo no quería dormir.

𝑶𝒏𝒆-𝒔𝒉𝒐𝒕𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora