𝑶𝒏𝒆-𝒔𝒉𝒐𝒕𝒔

✩EddTord✩

☂︎︎ 𝑶𝒕𝒕𝒆𝒓 𝒑𝒐𝒑 ☂︎︎

Un caluroso día de verano para los cuatro chicos; todos sufriendo de aquel calor.
— ¿En donde estamos? ¿en el infierno? — se quejó el de cuencas, moviendo su mano de un lado a otro para poder recibir algo de aire que él mismo provocaba.
— contigo sí, testigo de quinta. — rió suavemente el noruego por el insulto; aunque recibió un insulto mayor por parte del contrario.
Así, iniciando una . . . Pequeña pelea.

La cual fue rápidamente detenida por el amante de coca-cola, dando un pequeño suspiro al ver al de menor de estatura bufar y hacerse bolita; ignorando a todos, o más bien, solo al de sudadera verde.

Entre plática y plática; en la cual casi siempre ignoraban al amante de coca-cola. Tomaron la idea de ir a la piscina pública, a lo cual nadie se negó.
Cuando llegaron a aquel lugar ninguno se esperó y fueron rápidamente a meterse, dando un suspiro de alivio al ya no sentir tanto calor en su cuerpo.
Empezando a jugar con una pelota de habían llevado; ¿parecían una familia?
Sí.

Una pequeña familia unida, con varios problemas pero en fin de cuentas una familia. O algo así . . .

Ya habrían pasado cuatro o cinco horas, o tal vez más, ya estaban demasiado cansados y simplemente pensaban en volver a casa.
A lo cual por unos momentos hicieron caso omiso; hasta ver a Tord casi muriéndose en la piscina por cansancio.
Ahí ya se dieron cuenta que debían irse; el amante de coca-cola al darse cuenta que ya estaba completamente dormido, lo llevó cargado hasta el auto y así, regresaron a su hogar.

El de sudadera verde lo dejó en su habitación; la cual estaba completamente desordenada, cigarrillos por aquí y por allá. Dio un suspiro y lo dejó en su cama, aunque luego se arrepintió, lo cargó nuevamente y lo llevó a su habitación, ahora sí, dejándolo en su cama para que descansara apropiadamente, o algo así.

El noruego se despertó dos horas después, casi tres; puesto a que se había caído de la cama, quejándose en el momento, abriendo los ojos con cansancio.
— ¿ahora qué hice . . ? — se levantó a duras penas, preguntándose si realmente nada más había nadado el día anterior; seguramente había tomado de más, ¿verdad?
Sí, seguramente era eso.

Salió de aquella esa habitación; oliendo aquel hermoso desayuno que el amante de coca-cola siempre preparaba.
Y así, era cada día, o casi todos.